Las nanopartículas plantean peligros específicos debido a sus propiedades únicas, en particular su elevada relación superficie-volumen y su capacidad para interactuar de forma significativa con los sistemas biológicos. Estos peligros pueden manifestarse de diversas formas, como toxicidad, impacto ambiental y posibles problemas de contaminación en los procesos de fabricación.
Toxicidad e interacciones biológicas:
Las nanopartículas, debido a su pequeño tamaño, pueden penetrar en las membranas celulares con más facilidad que las partículas de mayor tamaño. Esta capacidad de penetración en las células puede aumentar la biodisponibilidad y la toxicidad potencial. La elevada relación superficie-volumen de las nanopartículas significa que una gran proporción de sus átomos se encuentran en la superficie, lo que puede aumentar su reactividad con las moléculas biológicas. Esto puede provocar estrés oxidativo, inflamación y otras respuestas biológicas adversas.Impacto medioambiental:
El uso de nanopartículas en diversas aplicaciones puede provocar su liberación en el medio ambiente. Su pequeño tamaño les permite ser transportadas fácilmente por el aire y el agua, lo que puede dar lugar a una amplia distribución. Una vez en el medio ambiente, las nanopartículas pueden interactuar con los componentes del suelo y el agua, afectando a los ecosistemas y pudiendo bioacumularse en los organismos.
Contaminación en la fabricación:
En la producción de nanopartículas, existen riesgos de contaminación por los equipos de fabricación. La molienda de bolas de alta energía, un método común para la síntesis de nanopartículas, ha sido señalada por su potencial para introducir impurezas. Aunque los avances en materiales y procesos han reducido estos problemas, siguen siendo preocupantes, sobre todo en aplicaciones sensibles como la farmacéutica y la electrónica de alta tecnología.
Retos analíticos y funcionales: