El alcance de una prueba de fugas en vacío suele medir el índice de fugas en micras por hora. Para aplicaciones críticas, como el procesamiento de superaleaciones o metales reactivos, el índice de fugas debe ser inferior a 5 micras/hora. Para aplicaciones de vacío normales, el índice de fugas aceptable suele estar entre 10 y 20 micras/hora.
La prueba de índice de fugas consiste en bombear el horno hasta una presión baja especificada, normalmente 1 x 10^-4 torr o mejor, y luego aislar el sistema de bombeo de la cámara del horno. El nivel de vacío se controla y registra después de 30 minutos y de nuevo después de 60 minutos. La diferencia en los niveles de vacío durante este período se utiliza para calcular la tasa de fugas en micras por hora, que luego se compara con los criterios de aceptación definidos por las especificaciones que rigen.
Este método garantiza que el sistema de vacío mantiene su integridad y rendimiento, evitando cualquier fuga significativa de aire o agua que pudiera comprometer el nivel de vacío y la eficiencia general del horno. El uso de métodos específicos de detección de fugas, como el método de soplado o el método de boquilla de aspiración con espectrómetros de masas de helio, mejora aún más la precisión y fiabilidad del proceso de comprobación de fugas.
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