Las propiedades de los fluidos utilizados en las bombas de difusión, en particular el éter de polifenilo y el perfluoropoliéter, se caracterizan por su baja presión de vapor, su resistencia a la degradación y su inercia química. El éter de polifenilo destaca por su baja presión de vapor y su resistencia al bombardeo de electrones, lo que lo hace adecuado para aplicaciones de alto vacío. El perfluoropoliéter, por su parte, es muy inerte al oxígeno, los halógenos y los ácidos, y se descompone en gas sin comprometer el fluido principal, aunque es tóxico tras la descomposición.
Éter polifenílico:
El polifenil éter se elige por su muy baja presión de vapor, que es crucial para mantener un alto vacío en las bombas de difusión. Su resistencia al bombardeo electrónico es especialmente beneficiosa en entornos en los que la bomba puede estar expuesta a partículas de alta energía, como en microscopía de haz electrónico o procesos de deposición en vacío. Aunque es más caro que el aceite de silicona, sus características de rendimiento lo convierten en la opción preferida para aplicaciones específicas en las que se requiere un alto vacío y estabilidad bajo el bombardeo de electrones.Perfluoropoliéter:
El perfluoropoliéter es un tipo de fluido en el que todos los átomos de hidrógeno de un hidrocarburo se sustituyen por átomos de flúor, lo que da como resultado un mayor peso molecular y una mayor estabilidad química. Este fluido es inerte a muchas sustancias químicas agresivas, como el oxígeno, los halógenos y los ácidos, lo que lo hace ideal para su uso en entornos en los que pueden estar presentes dichas sustancias. Su descomposición en gas al romperse garantiza que el fluido principal permanezca intacto, aunque el gas producido es tóxico y requiere una manipulación y contención cuidadosas.
Consideraciones generales sobre las bombas de difusión:
Al seleccionar un fluido para bombas de difusión, es esencial tener en cuenta la calidad del aceite para garantizar un rendimiento óptimo y un mantenimiento mínimo. Los aceites de alta calidad ayudan a alcanzar los niveles de vacío deseados (que oscilan entre 10-2 y 10-10 torr) y son fundamentales para aplicaciones como la microscopía de haz electrónico, la deposición en vacío y los hornos de vacío. La sencillez de funcionamiento y la ausencia de piezas móviles en las bombas de difusión las hacen duraderas y fiables, requiriendo un mantenimiento centrado principalmente en mantener el nivel de aceite adecuado y asegurar la funcionalidad de los calentadores.
Compatibilidad química y mantenimiento: