La principal diferencia entre el análisis por tamizado húmedo y seco radica en el método utilizado para separar las partículas, concretamente si se utiliza agua para ayudar en el proceso de tamizado. El análisis por tamiz seco es adecuado para partículas que fluyen libremente y que pueden pasar a través de los tamices sin necesidad de líquidos adicionales, mientras que el análisis por tamiz húmedo es necesario para muestras que tienden a aglomerarse o cuando la muestra es una suspensión que no debe secarse.
Análisis por tamizado en seco:
El análisis por tamiz seco se utiliza normalmente cuando las partículas fluyen libremente y pueden pasar a través de las aberturas del tamiz con un simple movimiento de agitación o golpeteo. Este método es sencillo y consiste en colocar la muestra en una pila de tamices y agitarla para separar las partículas por tamaños. Las ventajas del tamizado en seco son la sencillez, la rapidez de separación y el menor coste. Sin embargo, puede ser menos preciso en el caso de materiales con una finura superior a 100 mallas debido a la obstrucción y a la suposición de que todas las partículas son redondas o casi redondas, lo que no siempre es el caso.Análisis por tamizado húmedo:
El análisis por tamiz húmedo se emplea cuando la muestra es un polvo fino que tiende a aglomerarse o cuando la muestra es una suspensión que no debe secarse. En este método, se añade agua al proceso para evitar la obstrucción de las mallas del tamiz y garantizar que las partículas puedan pasar a través de los tamices con eficacia. A menudo se utiliza una boquilla de pulverización de agua por encima del tamiz superior para ayudar en el proceso de tamizado. El aclarado continúa hasta que el líquido descargado es transparente. Tras el tamizado, los restos de muestra en los tamices deben secarse y pesarse. En el tamizado húmedo es fundamental que la muestra no cambie de volumen, es decir, que no se hinche, disuelva ni reaccione con el líquido.
Aplicaciones y consideraciones: