Las ventanas ópticas son componentes transparentes utilizados para proteger los sistemas ópticos al tiempo que permiten la transmisión de la luz. Suelen ser placas planas o curvas fabricadas con materiales de gran claridad óptica y baja absorción.
El objetivo principal de las ventanas ópticas es proporcionar una barrera entre el entorno externo y los componentes ópticos sensibles del interior de un sistema. Sirven para proteger estos componentes del polvo, la humedad y otros contaminantes que podrían degradar su rendimiento. Al mismo tiempo, las ventanas ópticas permiten el paso de la luz con una distorsión o pérdida mínimas, lo que garantiza la transmisión eficaz de las señales ópticas.
Las ventanas ópticas se fabrican con distintos materiales, cada uno de los cuales se elige en función de los requisitos específicos de la aplicación. Entre los materiales más utilizados para las ventanas ópticas están el vidrio, como el borosilicato, el sílice fundido y el zafiro, y los plásticos transparentes, como el acrílico y el policarbonato. Cada material ofrece diferentes propiedades ópticas, resistencia mecánica y resistencia a la temperatura.