Las pruebas que se realizan en un autoclave incluyen la calibración, la cualificación del rendimiento y la supervisión rutinaria para garantizar que funciona correctamente y esteriliza con eficacia.
Calibración consiste en determinar la temperatura real dentro del autoclave cuando se indica una temperatura establecida. Esto es crucial porque pueden producirse discrepancias entre la temperatura establecida y la real debido a problemas con la electrónica, las sondas de temperatura o los manómetros. La calibración se realiza normalmente utilizando termopares internos suministrados con el autoclave o, si no se dispone de ellos, mediante la validación con indicadores biológicos (BI). Los BI se consideran la "prueba de fuego", ya que confirman directamente la eficacia del proceso de esterilización.
Calificación del desempeño (PQ) incluye la Prueba de Aceptación de la Autoclave (SAT), que es realizada por el técnico o ingeniero del fabricante después de la entrega, instalación y puesta en marcha de la autoclave. El SAT implica una validación de la cámara para confirmar la funcionalidad básica del autoclave. Esta prueba utiliza termopares calibrados y certificados para asegurar el correcto perfil tiempo-temperatura en toda la cámara y para recalibrar los termopares internos del autoclave si es necesario. La validación de la cámara debe repetirse después de cada servicio o al menos una vez al año, sin carga presente durante la prueba.
Supervisión y pruebas rutinarias son esenciales para garantizar la eficacia continua del autoclave. Esto incluye pruebas periódicas como la prueba Bowie-Dick para esterilizadores de prevacío, que comprueba si hay fugas de aire y una extracción de aire inadecuada. Esta prueba es fundamental, ya que simula las condiciones de una carga completa y garantiza que el vapor pueda penetrar eficazmente en todas las zonas de la carga. La prueba Bowie-Dick se realiza diariamente antes de procesar la primera carga. Además, se utilizan indicadores biológicos para probar el proceso de esterilización, con recomendaciones que varían desde mensualmente hasta cada 40 horas de uso, dependiendo del tipo de material que se esté esterilizando.
El mantenimiento de registros es también una parte vital del proceso de prueba. Implica documentar cada funcionamiento del autoclave, incluyendo detalles como la fecha, la hora, el operador, el tipo de carga y los parámetros del ciclo (temperatura, presión, tiempo). Deben conservarse registros de todas las pruebas de mantenimiento y eficiencia, junto con sus resultados, para garantizar la trazabilidad y el cumplimiento de los requisitos normativos.
Estas pruebas garantizan colectivamente que el autoclave funciona dentro de los parámetros especificados, proporcionando una esterilización fiable y cumpliendo las normas de seguridad y reglamentarias.
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