Cuando se trata de tamizar áridos finos, el proceso suele consistir en utilizar un agitador mecánico con un conjunto de tamices.
Cada tamiz de la pila tiene aberturas progresivamente más pequeñas de arriba abajo.
Esta configuración está diseñada para separar los áridos finos por tamaños.
Permite analizar la distribución granulométrica.
Explicación de 4 métodos clave
Configuración de agitación mecánica
La muestra de áridos finos se coloca en el tamiz superior, que tiene las aberturas más grandes.
A continuación, cada uno de los tamices siguientes tiene aberturas más pequeñas.
La capa inferior es una bandeja para recoger todas las partículas finas que pasan por el tamiz más pequeño.
A continuación, toda la pila de tamices se coloca en un agitador mecánico.
El agitador agita los tamices para facilitar el movimiento de las partículas a través de las aberturas de la malla.
Esta acción de agitación es crucial para garantizar que todas las partículas tengan la oportunidad de pasar a través de los tamices, en función de su tamaño.
Análisis de los tamices
Tras el proceso de agitación, se pesa el material retenido en cada tamiz.
Estos datos se utilizan para calcular el porcentaje de la muestra total que queda retenido en cada tamiz.
Proporciona un desglose detallado de la distribución granulométrica.
Los resultados del análisis granulométrico son esenciales para determinar la idoneidad de los áridos para diversas aplicaciones de ingeniería civil.
Entre estas aplicaciones se incluyen las mezclas de hormigón y asfalto y el dimensionamiento de las rejillas de los pozos de producción de agua.
Técnicas de tamizado adicionales
Para aplicaciones más especializadas o partículas más finas, se utilizan técnicas como el tamizado por ultrasonidos y por chorro de aire.
Estos métodos son especialmente eficaces para materiales propensos a obstruir los tamices tradicionales.
Algunos ejemplos son las partículas en forma de aguja, planas, largas o fibrosas.
Las máquinas de tamizado por chorro de aire, por ejemplo, utilizan un chorro de aire para arrastrar partículas finas a través de un tamiz.
Esto resulta especialmente útil para tamizar polvos y gránulos de entre 5 y 4.000 micras.
Conclusión
La elección del instrumento de tamizado para los áridos finos depende de los requisitos específicos del análisis.
Las zarandas mecánicas y las pilas de tamices son el método estándar para la mayoría de las aplicaciones.
Para necesidades más complejas o especializadas, otras técnicas de tamizado como los ultrasonidos y el tamizado por chorro de aire ofrecen soluciones eficaces.
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