La temperatura que debe alcanzarse en un autoclave para que la esterilización sea eficaz suele oscilar entre 121°C y 135°C. Este rango se consigue mediante el uso de vapor a presión, que permite que la temperatura supere el punto de ebullición normal del agua (100°C).
Explicación:
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Ajustes de temperatura: Las temperaturas comúnmente recomendadas para la esterilización por vapor en un autoclave son 121°C, 132°C o 135°C. Estas temperaturas se eligen para asegurar la destrucción de una amplia gama de microorganismos, incluyendo bacterias, virus, hongos y esporas.
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Relación entre presión y temperatura: La eficacia de un autoclave aumenta con el uso de vapor a presión. A 108 kilopascales (kPa), la temperatura del vapor es de 121°C, y la esterilización suele requerir 20 minutos. Sin embargo, a una presión superior de 206 kPa, la temperatura del vapor puede alcanzar los 134°C, reduciendo el tiempo de esterilización a 10 minutos. Esta relación inversa entre presión y tiempo pone de manifiesto la importancia de la temperatura en el proceso de esterilización.
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Uso médico y de laboratorio: En entornos médicos y de laboratorio, los autoclaves son cruciales para esterilizar equipos y materiales. La temperatura estándar de 121°C durante 15-20 minutos se utiliza habitualmente para la esterilización general. Sin embargo, para patógenos más resistentes como los priones, se requieren condiciones más estrictas, como el uso de hidróxido de sodio (1N NaOH) y el calentamiento a 121°C durante 30 minutos, seguido de la esterilización rutinaria.
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Variabilidad de los tiempos de esterilización: El tiempo requerido para la esterilización en una autoclave puede variar dependiendo del contenido de la carga, la temperatura establecida y el Nivel de Garantía de Esterilidad deseado. Generalmente, temperaturas más altas resultan en tiempos de esterilización más rápidos.
En resumen, la temperatura en una autoclave debe alcanzar por lo menos 121°C para lograr una esterilización efectiva, con temperaturas más altas (hasta 135°C) utilizadas para procesos de esterilización más rápidos o completos. El uso de vapor a presión garantiza que estas temperaturas puedan mantenerse durante el tiempo necesario para eliminar todos los microorganismos.
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