Los evaporadores rotativos suelen utilizar dos tipos principales de matraces de vidrio: un matraz de ebullición y un matraz receptor.
El matraz de ebullición contiene la mezcla que se va a evaporar.
El matraz receptor recoge el líquido evaporado una vez condensado.
Matraz de ebullición: el corazón de la evaporación
El matraz de ebullición, también conocido como matraz de destilación, es donde se coloca la muestra que se va a evaporar.
Este matraz está diseñado para soportar el calor del baño calefactor del rotavapor.
Al girar el matraz, la muestra forma una fina película en la superficie interior, lo que favorece el proceso de evaporación.
La rotación y el calentamiento se controlan para garantizar una evaporación eficaz sin sobrecalentar la muestra, lo que es especialmente importante en el caso de materiales sensibles al calor.
Matraz receptor: el colector de disolventes condensados
El matraz receptor está conectado al condensador del rotavapor.
Una vez que el disolvente se evapora del matraz en ebullición, pasa por el condensador, donde se enfría y vuelve al estado líquido.
Este líquido se recoge en el matraz receptor.
El matraz receptor debe estar hecho de un material que pueda manejar el disolvente enfriado y condensado sin romperse o reaccionar con el disolvente.
Material importante: Vidrio de borosilicato
Ambos matraces suelen estar hechos de vidrio de borosilicato, que es resistente al choque térmico y a la corrosión química.
Esto hace que el vidrio de borosilicato sea adecuado para una amplia gama de disolventes y temperaturas.
La compatibilidad de los matraces con diferentes disolventes y temperaturas es crucial para evitar daños en el equipo y garantizar la integridad de las muestras que se procesan.
Componentes adicionales: Garantizar la seguridad y la eficacia
Además de estos matraces, a menudo se utiliza una trampa de protuberancias para evitar que la muestra salpique accidentalmente el condensador.
Esto podría contaminar el disolvente recogido o dañar el condensador.
El uso de abrazaderas adecuadas, como las metálicas o las Keck, también es esencial para sujetar firmemente los matraces y las trampas de impacto al rotavapor.
Esto garantiza la seguridad y la eficacia durante el funcionamiento.
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