La pirólisis es un proceso que convierte el plástico en diversas formas de energía y materiales.
Este proceso consiste en calentar el plástico en ausencia de oxígeno para descomponer su estructura molecular en moléculas más pequeñas.
Estas moléculas más pequeñas pueden ser gases, líquidos o sólidos, dependiendo de las condiciones específicas y del tipo de plástico de que se trate.
Explicación de 5 resultados clave
1. Descomposición molecular
Durante la pirólisis, el plástico se calienta a temperaturas que suelen oscilar entre 400 y 900°C en un reactor.
Este elevado calor hace que el plástico se descomponga en moléculas más pequeñas.
La ausencia de oxígeno impide la combustión, centrando la reacción en la descomposición molecular y no en la combustión.
2. Formación de subproductos
La descomposición da lugar a la formación de tres tipos principales de subproductos.
Gases (Syngas): Incluyen hidrógeno, monóxido de carbono y metano. El gas de síntesis puede utilizarse como combustible o procesarse para producir otros productos químicos.
Líquidos (Bio-oil): Se trata de una mezcla de agua y compuestos orgánicos volátiles. El bioaceite puede refinarse para obtener combustibles como el gasóleo o utilizarse como materia prima química.
Sólidos (biocarbón o coque): Son materiales ricos en carbono que pueden utilizarse como enmiendas del suelo o en procesos industriales.
3. Tipos de plásticos aptos para la pirólisis
Varios tipos de residuos plásticos pueden procesarse mediante pirólisis.
Entre ellos se incluyen los plásticos post-consumo, los plásticos segregados de residuos sólidos urbanos, los rechazos del reciclado mecánico, los envases multicapa y los plásticos contaminados mixtos PET/PVC.
4. Impacto medioambiental y eficiencia
Aunque la pirólisis puede convertir los residuos plásticos en productos útiles, también puede emitir gases nocivos si no se controla adecuadamente.
La pirólisis convencional puede liberar óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre, que son perjudiciales para el medio ambiente.
Sin embargo, tecnologías como la pirólisis por plasma frío ofrecen condiciones más controladas y mayores tasas de recuperación de productos químicos valiosos como el etileno, lo que potencialmente reduce el impacto ambiental y mejora la economía circular.
5. Aplicaciones de mercado
Los subproductos de la pirólisis tienen aplicaciones tanto en las industrias tradicionales como en la emergente economía circular.
Por ejemplo, el bioaceite puede utilizarse en el sector energético, mientras que el biocarbón puede mejorar la calidad del suelo.
Los gases producidos pueden utilizarse como combustible o para producir productos químicos.
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