El tamaño de los autoclaves varía considerablemente, desde pequeños modelos de sobremesa con capacidades de tan sólo 100 litros hasta grandes modelos industriales con capacidades superiores a los 3.000 litros. Estos tamaños están diseñados para adaptarse a diferentes necesidades en diversos entornos, desde pequeños laboratorios de universidades y colegios hasta grandes hospitales e instalaciones de investigación clínica.
Autoclaves de pequeña escala: Suelen estar diseñados para espacios más pequeños y un uso menos intensivo. Tienen capacidades de cámara que oscilan entre 20 y 300 litros. Estos modelos son adecuados para entornos como los laboratorios de universidades y escuelas superiores, donde el volumen de materiales a esterilizar es relativamente pequeño. El tamaño compacto de estos autoclaves facilita su colocación en espacios limitados de laboratorios.
Autoclaves de gran tamaño: Estos son significativamente más grandes y robustos, diseñados para necesidades de esterilización de gran volumen. La capacidad de sus cámaras oscila entre 500 litros y más de 1.500 litros. Algunos modelos pueden incluso tener doble cámara, lo que aumenta su capacidad y versatilidad. Estos autoclaves de gran tamaño se utilizan habitualmente en hospitales y laboratorios clínicos y de investigación en los que es necesario esterilizar regularmente grandes cantidades de materiales. Fabricantes como KINTEK ofrecen este tipo de autoclaves grandes, con capacidades que van desde los 510 litros hasta los 1.580 litros.
Autoclaves industriales: Además de los tamaños estándar, existen autoclaves de tamaño industrial que pueden ser tan grandes como semirremolques o aviones. Se utilizan en procesos de fabricación en los que es necesario esterilizar artículos extremadamente grandes o grandes volúmenes de materiales.
La elección del tamaño del autoclave depende de los requisitos específicos de la instalación, incluyendo el volumen de materiales a esterilizar, el espacio disponible y la frecuencia de uso. Los autoclaves se construyen con materiales duraderos como acero inoxidable 316L o niquelado para las cámaras interiores y acero inoxidable 316L o 304L para las cubiertas exteriores, lo que garantiza que puedan soportar las altas presiones y temperaturas necesarias para una esterilización eficaz.
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