Los problemas éticos de la extracción de diamantes son múltiples y abarcan la degradación del medio ambiente, las violaciones de los derechos humanos y la falta de transparencia en la cadena de suministro. Estos problemas se ven agravados por las limitaciones del Proceso de Kimberley y la prevalencia de la desinformación en el sector.
Degradación medioambiental:
La extracción de diamantes tiene importantes repercusiones medioambientales, como la destrucción de hábitats y la contaminación del agua. Por ejemplo, se informó de que De Beers había matado a más de 18.000 peces al drenar un lago canadiense para la extracción. Del mismo modo, las minas de diamantes de la India han sido acusadas de amenazar a poblaciones de tigres en peligro de extinción. Además, el proceso de drenaje ácido de las minas, por el que los minerales de las rocas extraídas se filtran en las reservas de agua, supone un grave riesgo medioambiental. No sólo contamina las fuentes de agua esenciales para las comunidades locales, sino que es una de las principales responsabilidades medioambientales de la industria minera.Abusos de los derechos humanos:
La industria minera del diamante se ha relacionado con abusos de los derechos humanos, ya que los mineros suelen trabajar en condiciones inseguras por salarios bajos. El Proceso de Kimberley, diseñado para impedir el comercio de diamantes conflictivos, ha sido criticado por su estrecha definición de diamante conflictivo, que sólo incluye los diamantes que financian a grupos que intentan derrocar gobiernos legítimos. Esto ha permitido la entrada en el mercado de diamantes asociados a otras formas de abusos contra los derechos humanos. Por ejemplo, un descubrimiento de diamantes en Zimbabue provocó la muerte de cientos de mineros civiles, y estos diamantes se comercializaron posteriormente a nivel internacional.
Falta de transparencia: