El diamante se utiliza para fabricar o recubrir herramientas debido principalmente a su excepcional dureza, alta conductividad térmica y excelente resistencia al desgaste. Estas propiedades hacen del diamante un material ideal para el mecanizado y acabado de materiales difíciles de cortar, como el grafito y las aleaciones de aluminio con alto contenido en silicio.
Dureza y resistencia al desgaste:
El diamante es el material más duro conocido en la tierra, lo que se atribuye a su estructura cúbica de enlace sp3. Esta estructura permite que se formen más enlaces simples, entrelazando el carbono en una red más fuerte de moléculas en comparación con el grafito, que tiene una estructura hexagonal de enlace sp2. La dureza del diamante lo hace muy resistente al desgaste, un factor crítico para la longevidad y eficacia de las herramientas de corte.Conductividad térmica:
El diamante posee la conductividad térmica más alta de todos los materiales a granel. Esta propiedad es crucial en aplicaciones en las que las herramientas generan mucho calor, como durante el mecanizado. La alta conductividad térmica del diamante ayuda a disipar el calor rápidamente, evitando que la herramienta se sobrecaliente y se degrade, lo que es especialmente importante cuando se mecanizan materiales que no son conductores térmicos por sí mismos.
Resistencia a la abrasión y bajo coeficiente de fricción:
La resistencia a la abrasión y el bajo coeficiente de fricción del diamante contribuyen a su eficacia como material para herramientas. Estas propiedades reducen el desgaste de la herramienta y del material que se está cortando, mejorando la precisión y la eficacia del proceso de mecanizado. Además, la baja fricción ayuda a conseguir acabados más suaves en las superficies mecanizadas.
Métodos de aplicación: