La esterilización por vapor, que se consigue principalmente mediante el uso de autoclaves, es el método más fiable de esterilización.
Utiliza cuatro parámetros principales: vapor, presión, temperatura y tiempo.
El vapor ideal para la esterilización es el vapor saturado seco con una fracción de sequedad de al menos el 97%.
La presión es esencial para alcanzar las altas temperaturas necesarias para una rápida muerte microbiana.
Las temperaturas de esterilización habituales son 121°C (250°F) y 132°C (270°F), con tiempos de exposición mínimos de 30 minutos a 121°C en un esterilizador de desplazamiento por gravedad o de 4 minutos a 132°C en un esterilizador de prevacío.
Explicación de 5 parámetros clave
Vapor
La calidad del vapor es crucial en la esterilización por vapor.
Se prefiere el vapor saturado seco, ya que transfiere eficazmente el calor a la carga, garantizando un calentamiento uniforme y una rápida inactivación microbiana.
La fracción de sequedad, que indica el porcentaje de vapor que se encuentra en fase vapor, debe ser como mínimo del 97% para garantizar una esterilización eficaz.
Presión
La presión en el autoclave se utiliza para alcanzar y mantener altas temperaturas.
Al aumentar la presión, se eleva el punto de ebullición del agua, lo que permite alcanzar temperaturas superiores a 100ºC.
Esto es necesario para matar eficazmente los microorganismos, incluidas las esporas.
Temperatura y tiempo
Las temperaturas que se suelen utilizar para la esterilización por vapor son 121°C y 132°C.
A 121°C, los artículos suelen exponerse durante 30 minutos en un esterilizador de desplazamiento por gravedad.
A 132°C, el tiempo de exposición se reduce a 4 minutos en un esterilizador de prevacío.
La elección de la temperatura y el tiempo depende del tipo de artículo que se esterilice, de si está envuelto o sin envolver y del diseño específico del esterilizador.
Supervisión y seguridad
Los procesos de esterilización por vapor se controlan mediante indicadores mecánicos, químicos y biológicos.
Los monitores mecánicos controlan la temperatura, el tiempo y la presión, y a menudo proporcionan una impresión o una pantalla gráfica.
Los indicadores químicos se utilizan tanto dentro como fuera del envase para confirmar la exposición a la temperatura correcta o a las condiciones de tiempo y temperatura.
Los indicadores biológicos, que utilizan esporas de Geobacillus stearothermophilus, son la prueba más definitiva para garantizar la eficacia del proceso de esterilización.
Ciclos y equipos especiales
Algunos autoclaves ofrecen ciclos especiales diseñados para proteger los artículos delicados de los daños causados por los rápidos cambios de temperatura y presión.
Estos ciclos pueden incluir duraciones más largas a temperaturas más bajas o controles de presión especiales para evitar daños en los recipientes sellados.
Fuentes de vapor
El vapor para la esterilización puede proceder de sistemas de calderas de vapor de hospitales o de calderas eléctricas autónomas.
Ambas requieren un suministro de agua tratada para garantizar la calidad y pureza del vapor, que es fundamental para una esterilización eficaz.
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