En el proceso, los gases inertes sirven para evitar reacciones químicas no deseadas, en particular la oxidación y la hidrólisis, que pueden degradar una muestra. Se utilizan habitualmente en procesos de tratamiento térmico y en hornos de vacío para controlar la atmósfera y la temperatura, garantizando la integridad y las propiedades deseadas de los materiales que se procesan.
Prevención de reacciones químicas no deseadas:
Los gases inertes, como el argón, el helio y el nitrógeno, se utilizan para crear un entorno en el que los materiales no reaccionan con el oxígeno o la humedad. Esto es crucial en procesos como el tratamiento térmico de metales, donde la oxidación puede alterar las propiedades del metal. Mediante el uso de gases inertes, los metales pueden calentarse y enfriarse sin exponerse al aire, manteniendo así su composición química y sus propiedades físicas.Uso en procesos de tratamiento térmico:
En el tratamiento térmico, los gases inertes se utilizan para crear una atmósfera protectora alrededor de los materiales que se están procesando. Por ejemplo, los metales no ferrosos como el cobre, el latón y el aluminio suelen tratarse térmicamente en una atmósfera inerte. La elección del gas inerte y su nivel de pureza es fundamental, ya que determina el grado en que la atmósfera puede considerarse inerte. El argón y el helio suelen ser más inertes que el nitrógeno, que puede reaccionar con determinados aceros a altas temperaturas.
Tecnología de gases inertes en hornos de vacío:
En los hornos de vacío, los gases inertes desempeñan un papel crucial en el control de la temperatura y la atmósfera. Se utilizan en sistemas en los que el gas circula a través de un intercambiador de calor para enfriarse y, a continuación, se reintroduce en el horno para absorber el calor de los materiales que se están procesando. Este rápido proceso de enfriamiento ayuda a conseguir propiedades metalúrgicas específicas en el metal tratado. El gas inerte puede presurizarse y circular para gestionar eficazmente las velocidades de enfriamiento y proteger los materiales de la oxidación.
Aplicaciones más allá del tratamiento térmico: