Los hornos de laboratorio se utilizan habitualmente en laboratorios médicos para diversas aplicaciones, como el secado, la cocción y el tratamiento térmico. Estos hornos están disponibles en distintos rangos de temperatura y tipos de convección, incluida la convección por gravedad o por aire forzado. Están diseñados para procesar muestras de forma eficiente y están disponibles en modelos que van desde los de sobremesa hasta los de pie, siendo la mayoría eléctricos y algunos funcionan con gas natural o LP.
Gama de temperaturas y tipos de convección:
Los hornos de laboratorio suelen ofrecer una gama de temperaturas de entre 70 °C y 250 °C o más, que es significativamente superior a la de las incubadoras de laboratorio, que suelen funcionar hasta 100 °C. Este mayor rango de temperatura los hace adecuados para tareas que requieren un calor más intenso, como la esterilización y el secado. Los tipos de convección, por gravedad o por aire forzado, garantizan que las muestras se calienten de manera uniforme y eficiente, sin riesgo de daños por calor radiante directo.Diseño y seguridad:
Estos hornos se diseñan pensando en la seguridad, incorporando características como rejillas de ventilación para permitir la salida de humedad, COV y humos, lo que resulta crucial para mantener un entorno seguro y controlado dentro del laboratorio. También existen directrices de seguridad para evitar accidentes y garantizar un funcionamiento correcto. Estas directrices hacen hincapié en la importancia de comprender el funcionamiento correcto del horno para evitar posibles peligros, como accidentes por incendio.
Versatilidad y precisión: