Sí, un comprobador de diamantes puede diferenciar los diamantes cultivados en laboratorio de los naturales. Los probadores del diamante utilizan conductividad termal para determinar si una piedra es un diamante o no. Tanto los diamantes cultivados en laboratorio como los diamantes naturales son excelentes conductores del calor, mientras que los simulantes de diamantes como la circonita cúbica y la moissanita no lo son. Por lo tanto, un comprobador de diamantes podrá reconocer que los diamantes cultivados en laboratorio comparten los mismos niveles térmicos que los diamantes naturales e identificarlos como diamantes auténticos.
Además, al examinar las piedras con lupa, los diamantes cultivados en laboratorio tienden a tener menos imperfecciones superficiales en comparación con los simulantes. Esto se debe a que los diamantes cultivados en laboratorio se cultivan en un entorno controlado, lo que resulta en una mayor claridad y menos defectos.
Es importante observar que no todos los probadores del diamante son iguales creados, y algunos pueden ser más exactos con ciertos simulantes que otros. Por ejemplo, algunos comprobadores pueden estar mejor equipados para trabajar con moissanita que con circonita cúbica. Por lo tanto, es aconsejable utilizar un comprobador de diamantes fiable y de buena reputación para garantizar resultados precisos.
Además, hay otras maneras de distinguir diamantes laboratorio-crecidos de diamantes naturales. Los diamantes laboratorio-crecidos se pueden controlar para tener alta claridad y pueden incluso ser sin defectos. También tienden a tener un color hermoso (D-E-F) o aparecen más transparentes. Si un diamante es perceptiblemente menos costoso que un diamante natural (alrededor 60-70% menos), no es probablemente un diamante natural. Además, comprobar el origen del diamante y la certificación a través de organismos de renombre como el GIA o IGI puede proporcionar detalles claros y la información sobre si se trata de un diamante natural o cultivado en laboratorio.
En resumen, mientras que los diamantes cultivados en laboratorio pueden parecer visualmente idénticos a los diamantes naturales, un probador del diamante puede diferenciar entre los dos basados en su conductividad termal. Otros factores tales como claridad, color, precio, y certificación pueden también ayudar en la distinción entre los diamantes laboratorio-crecidos y naturales.
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