El efecto de la presión y la temperatura en el fluido hidráulico es significativo e influye en el rendimiento y la seguridad de los sistemas hidráulicos. El fluido hidráulico es sensible tanto a las altas temperaturas como a las altas presiones, lo que puede afectar a su viscosidad, estabilidad y funcionalidad general dentro del sistema.
Efectos de la temperatura:
El fluido hidráulico, normalmente a base de aceite, no debe superar temperaturas en torno a los 50 grados centígrados. Superar esta temperatura puede provocar varios problemas. En primer lugar, las altas temperaturas pueden hacer que el fluido se vuelva menos viscoso, lo que afecta a su capacidad para transmitir potencia con eficacia. La reducción de la viscosidad puede provocar una disminución de la eficiencia del sistema y hacer que los componentes funcionen a velocidades más bajas, como se menciona en la referencia. Además, las altas temperaturas pueden acelerar la degradación del fluido hidráulico, dando lugar a la formación de lodos y barnices, que pueden obstruir válvulas y filtros, perjudicando aún más el rendimiento del sistema.Efectos de la presión:
Los sistemas hidráulicos funcionan a presiones muy altas, lo que requiere el uso de componentes robustos y sólidos para soportar estas presiones. Las altas presiones pueden afectar al fluido hidráulico aumentando su densidad y, en consecuencia, su compresibilidad. Esto puede provocar un retraso en la transmisión de la fuerza, lo que puede afectar a la capacidad de respuesta y la precisión del sistema. Además, las altas presiones también pueden provocar fugas en el sistema, especialmente si las juntas o las mangueras no están preparadas para la presión requerida. Esto no sólo provoca una pérdida de fluido hidráulico, sino que también plantea riesgos para la seguridad.