La molienda en húmedo y la molienda en seco son dos métodos distintos utilizados en el procesamiento de materiales, cada uno con su propio conjunto de técnicas y aplicaciones.
Molienda húmeda:
El rectificado en húmedo implica el uso de agua o un refrigerante durante el procesamiento de los materiales. Este método es especialmente eficaz para materiales duros como la vitrocerámica y el titanio. La aplicación de agua o refrigerante sirve para suprimir el calor generado por fricción durante el proceso de rectificado, lo que ayuda a mantener la integridad del material y evitar el sobrecalentamiento. En la molienda húmeda, el material se procesa normalmente en un molino horizontal, que consta de una cámara de molienda tubular horizontal con un eje agitador y discos. La energía se transfiere de los discos al fluido, y el producto es cizallado por la superficie de los medios. Las ventajas de la molienda húmeda incluyen un uso muy eficaz de los medios, una reducción significativa de la pérdida de producto y una contaminación mínima. Este método también es conocido por su capacidad para lograr un rendimiento constante y predecible, con un tamaño final de partícula a menudo inferior a 1 µm.Molienda en seco:
La molienda en seco, por otra parte, es un método que no utiliza agua ni ningún refrigerante durante el procesamiento. Es adecuado para materiales blandos como el óxido de circonio, la resina y el PMMA, en los que se pueden utilizar herramientas de diámetro pequeño para el modelado y procesamiento finos. Sin embargo, cuando se trata de materiales duros, el rectificado en seco puede suponer un reto debido al riesgo de rotura de la herramienta y a los mayores tiempos de mecanizado. Los procesos de rectificado en seco suelen implicar el uso de bolas de rectificado dentro de barriles, que pueden homogeneizar el material de forma eficaz. El tamaño final de las partículas obtenido mediante el rectificado en seco también puede ser muy fino, normalmente inferior a 1 µm, dependiendo del material y de las condiciones de rectificado.
Comparación y combinación:
Aunque ambos métodos tienen sus usos y ventajas específicas, también hay disponibles sistemas combinados que pueden manejar tanto la molienda húmeda como la seca. Estos modelos de doble uso ofrecen versatilidad en el procesamiento de una variedad de materiales, pero pueden requerir tiempo adicional para la limpieza y la transición entre los modos húmedo y seco. Además, estos sistemas combinados pueden implicar inversiones iniciales más elevadas y no siempre ofrecen capacidades de procesamiento óptimas para ambos métodos.