El bioaceite, también conocido como aceite de pirólisis, se produce mediante un proceso llamado pirólisis, que implica el calentamiento rápido de la biomasa en un entorno con poco oxígeno, seguido de un enfriamiento rápido. Este proceso da lugar a la descomposición de la biomasa en una emulsión líquida de compuestos orgánicos oxigenados, polímeros y agua, que se conoce como bioaceite.
Proceso de producción:
El proceso de pirólisis se produce normalmente a temperaturas en torno a los 500 °C con altas velocidades de calentamiento (1000 °C/s) en condiciones de pirólisis rápida. Esta alta temperatura y el rápido calentamiento descomponen los fuertes biopolímeros de la biomasa, como la celulosa, la hemicelulosa y la lignina, en moléculas más pequeñas. La ausencia de oxígeno impide la combustión, por lo que se produce una descomposición térmica en lugar de una combustión. Los gases producidos durante esta descomposición se enfrían rápidamente, condensándose en forma líquida, el bioaceite.Características del bioaceite:
El bioaceite es una mezcla compleja que contiene hasta un 40% de oxígeno en peso, lo que lo hace muy diferente de los aceites de petróleo. No es miscible con los aceites de petróleo, contiene agua (a menudo un 20-30%), tiene un poder calorífico inferior al del petróleo, es ácido e inestable, especialmente cuando se calienta. Su densidad es superior a la del agua y suele contener sustancias inorgánicas sólidas y carbonilla.
Retos y avances:
Inicialmente, el bioaceite producido era muy inestable, corrosivo y tenía un contenido muy alto de oxígeno orgánico, lo que dificultaba su separación de la fase acuosa. Los esfuerzos de desarrollo se han centrado en reducir el contenido de oxígeno a menos del 25% en peso para mejorar la separación y la calidad del aceite, aunque esto a menudo resulta en un menor rendimiento de carbono útil.Aplicaciones y mejora:
El biopetróleo está destinado a sustituir al petróleo crudo como material de partida para los combustibles de transporte. Sin embargo, su alto contenido en oxígeno y su inestabilidad obligan a mejorarlo antes de utilizarlo como combustible para motores. Esto implica procesos para reducir el contenido de oxígeno y estabilizar el petróleo, mejorando su compatibilidad y rendimiento como combustible.