La cesta de tratamiento térmico suele ser de metal o grafito. Estos materiales se eligen por su capacidad para soportar sin deformación el uso a largo plazo a altas temperaturas, normalmente en el intervalo de 900 a 1200 °C, y por su capacidad de soporte estable. Esto los hace especialmente adecuados para su uso en hornos de sinterización al vacío, hornos de soldadura fuerte al vacío, hornos de temple al vacío y otras industrias de tratamiento térmico al vacío.
Materiales de metal y grafito:
- Metal: El metal utilizado en las cestas de tratamiento térmico puede incluir varios tipos, como aceros para herramientas, aceros de cementación, aceros de alta resistencia y baja aleación (HSLA), aceros aleados, aceros inoxidables y superaleaciones. Estos materiales se seleccionan en función de su resistencia térmica e integridad estructural a altas temperaturas. Las superaleaciones, por ejemplo, son materiales resistentes al calor a base de níquel, hierro-níquel y cobalto-níquel, que son excelentes para mantener la resistencia a altas temperaturas.
- El grafito: El grafito es otro material utilizado por su alta conductividad térmica y resistencia al choque térmico. Resulta especialmente útil en aplicaciones en las que es crucial mantener una temperatura estable, como en los hornos de vacío. La capacidad del grafito para soportar altas temperaturas sin sufrir deformaciones significativas lo convierte en la opción preferida para los procesos de tratamiento térmico.
Aplicación y personalización:
Las cestas están disponibles en varias especificaciones, incluidos los tipos de placa plana y cesta, y pueden personalizarse según las necesidades del usuario. Esta personalización incluye diferentes formas, tamaños y configuraciones como rejillas redondas, cuadradas, múltiples bandejas atornilladas entre sí, etc. El diseño puede adaptarse a la disposición del horno y a los requisitos operativos específicos.Procesos e industrias:
Las cestas de tratamiento térmico forman parte integral de procesos como el recocido, la sinterización, el revenido, la soldadura fuerte, el temple, la carburación y nitruración a baja presión y el tratamiento térmico por disolución. Sirven para industrias que van desde la aeronáutica y la automoción hasta la médica y la nuclear, donde el control preciso del tratamiento térmico es fundamental para la calidad y el rendimiento de los materiales que se procesan.