Las mejores fuentes de grafeno son principalmente el gas metano y la lámina de cobre, siendo el metano la fuente de carbono más popular para producir grafeno y la lámina de cobre el sustrato preferido para la producción a gran escala mediante deposición química en fase vapor (CVD).
El gas metano como fuente de carbono:
El metano (CH4) es la fuente de carbono más utilizada en la producción de grafeno. Se favorece debido a su disponibilidad y a la eficiencia con la que puede proporcionar carbono para la formación de capas de grafeno. Durante el proceso de CVD, el metano se descompone a altas temperaturas, liberando átomos de carbono que se depositan sobre un sustrato, formando grafeno. El papel del metano es crucial, ya que aporta el carbono necesario para el crecimiento del grafeno. Sin embargo, el proceso también requiere hidrógeno, que ayuda a eliminar el carbono amorfo y a refinar la calidad del grafeno. El equilibrio entre metano e hidrógeno es fundamental; una proporción inadecuada puede provocar la degradación de la calidad del grafeno debido a una corrosión excesiva por los átomos de hidrógeno.Lámina de cobre en el proceso CVD:
La lámina de cobre es el sustrato elegido para la producción a gran escala de grafeno mediante CVD. Este método, iniciado por Li et al. en 2009, consiste en la descomposición de metano en una lámina de cobre para producir películas de grafeno uniformes de gran superficie. El uso de láminas de cobre es ventajoso porque son baratas, fáciles de fabricar y permiten el crecimiento de grafeno de alta calidad con defectos mínimos. El proceso de CVD sobre lámina de cobre es escalable y se ha adoptado para uso industrial, capaz de producir películas de grafeno de longitud prácticamente ilimitada, lo que resulta esencial para satisfacer la creciente demanda en diversas aplicaciones.
Otras consideraciones: