El polvo cerámico es un material finamente molido, compuesto normalmente de compuestos inorgánicos no metálicos, que se utiliza como precursor para formar diversos productos cerámicos. El polvo se procesa mediante técnicas como la sinterización, en la que se calienta a altas temperaturas por debajo de su punto de fusión, lo que hace que las partículas se adhieran y formen un material más denso y resistente.
Formación y conformación del polvo cerámico:
Los polvos cerámicos se mezclan inicialmente con aditivos de procesamiento como aglutinantes, plastificantes y lubricantes para facilitar su conformación. Se emplean varios métodos para dar a estos polvos la forma deseada, como el prensado uniaxial, el prensado isostático, el moldeo por inyección, la extrusión, el colado en barbotina, el colado en gel y el colado en cinta. Estos procesos implican la aplicación de presión y calor para compactar el polvo en formas específicas, como gránulos o discos, que luego se sinterizan para mejorar sus propiedades mecánicas.Importancia de la forma en los ensayos:
La forma de gránulo o disco es especialmente adecuada para ensayar materiales cerámicos debido a su forma cilíndrica, que minimiza los puntos de concentración de tensiones a sólo dos bordes. Esta forma reduce el riesgo de fractura tanto durante la fase inicial de compactación en verde como durante el proceso de densificación posterior. Además, la forma cilíndrica plana de los gránulos permite la aplicación directa de ensayos como la fluorescencia de rayos X (XRF) y la espectroscopia de infrarrojos (IR) sin necesidad de esmerilado o corte adicional, lo que simplifica el proceso de ensayo y mantiene la integridad de la muestra.
Proceso de sinterización:
La sinterización es un proceso crítico en la fabricación de cerámica en el que las partículas de polvo cerámico se calientan a una temperatura justo por debajo de su punto de fusión. Este calentamiento hace que las partículas se adhieran más fuertemente, reduciendo su energía superficial y el tamaño de los poros existentes. El resultado es un material más denso y mecánicamente más resistente. Este proceso es esencial para transformar el delicado compacto verde en un robusto producto cerámico.
Sinterización metal-cerámica: