El tratamiento térmico puede afectar significativamente a la conductividad de los materiales, en particular de los metales. Este impacto se debe principalmente a los cambios en la resistividad y la conductividad térmica del material inducidos por el proceso de tratamiento térmico.
Resistividad y tratamiento térmico:
El tratamiento térmico puede alterar la resistividad eléctrica de los metales. Por ejemplo, como se menciona en la referencia, metales como el acero, el carbono, el estaño y el wolframio tienen una alta resistividad eléctrica. Cuando estos metales se someten a tratamiento térmico, su resistividad puede cambiar debido a la reordenación de su estructura atómica o molecular. Este cambio en la resistividad afecta a la forma en que estos materiales interactúan con las corrientes eléctricas, influyendo en la rapidez con la que se acumula el calor cuando se aplica una corriente eléctrica. Por ejemplo, las chapas de acero calentadas presentan mayor resistividad y son más susceptibles al calentamiento por inducción que las chapas de acero frías.Conductividad térmica y tratamiento térmico:
La conductividad térmica, que mide cómo se propaga el calor a través de un material, también se ve influida por el tratamiento térmico. La referencia explica que la conductividad térmica depende de la composición mineralógica, la densidad y la porosidad del material. El tratamiento térmico puede modificar estas propiedades, afectando así a la conductividad térmica. Por ejemplo, el proceso puede alterar la densidad o la estructura molecular del material, lo que a su vez modifica la eficacia con que se conduce el calor a través de él. Esto es crucial en aplicaciones en las que los materiales se utilizan en entornos con variaciones extremas de temperatura, ya que la capacidad del material para conducir el calor de manera eficiente puede afectar a su rendimiento general y a su eficiencia energética.
Implicaciones para la compatibilidad y el rendimiento de los materiales: