Un diamante CVD (Chemical Vapor Deposition) se fabrica colocando una fina lámina de semilla de diamante en una cámara sellada, calentándola a unos 800 grados centígrados y llenando después la cámara con gases ricos en carbono, como el metano. Los gases se ionizan en plasma mediante microondas, láser u otras técnicas. Esta ionización descompone los gases, permitiendo que el carbono se fusione con la semilla de diamante, haciendo crecer el diamante capa a capa.
El proceso comienza con una semilla de diamante, que sirve de base para el crecimiento del diamante. Esta semilla se coloca en una cámara de vacío para garantizar que no haya contaminación durante el proceso de crecimiento. A continuación, la cámara se llena de metano, un gas rico en carbono, junto con oxígeno o hidrógeno.
El siguiente paso consiste en la ionización de los gases. Esto se consigue normalmente mediante el uso de microondas o láseres, que calientan los gases hasta un estado de plasma. En este estado, los enlaces químicos de los gases se rompen, lo que permite que los átomos de carbono se liberen y se depositen en la semilla de diamante. Esta deposición se produce de forma controlada, lo que permite que el diamante crezca capa a capa, garantizando un alto nivel de pureza y calidad.
El proceso CVD consume menos energía que otros métodos, como el de alta presión y alta temperatura (HPHT), lo que lo hace más rentable. Además, los diamantes CVD son a menudo de gran claridad y color, y pueden mejorarse aún más con el tratamiento HPHT para lograr una calidad óptima.
Los diamantes CVD están clasificados como Tipo IIA, que son extremadamente raros en los diamantes naturales. Estos diamantes son químicamente puros y carecen de impurezas de nitrógeno y/o boro, presentes en los diamantes HPHT. Esta pureza hace que los diamantes CVD no sean magnéticos, a diferencia de algunos diamantes HPHT.
El proceso completo de creación de un diamante CVD puede durar entre dos y cuatro semanas, dependiendo del tamaño y la calidad deseados del diamante. Este método se ha perfeccionado a lo largo de muchas décadas para producir de forma eficaz diamantes de alta calidad aptos para joyería.
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