El carburo de silicio (SiC) es realmente mejor que muchas otras cerámicas en varios aspectos críticos debido a sus propiedades superiores, como la resistencia a altas temperaturas, una excelente resistencia al desgaste y una excepcional resistencia a la corrosión química.
Resistencia a altas temperaturas y al choque térmico:
El carburo de silicio mantiene su resistencia mecánica a temperaturas de hasta 1.400°C, que es significativamente superior a la de la mayoría de las cerámicas. Este rendimiento a altas temperaturas hace del SiC un material ideal para aplicaciones en condiciones de calor extremo, como hornos de alta temperatura, componentes aeroespaciales y piezas de automoción. Además, el SiC tiene una excelente resistencia al choque térmico debido a su alta conductividad térmica y bajo coeficiente de expansión térmica, lo que le permite soportar rápidos cambios de temperatura sin agrietarse ni degradarse.Resistencia al desgaste y propiedades mecánicas:
El SiC es muy resistente al desgaste, con una dureza sólo superada por el diamante y el carburo de boro. Esta propiedad lo convierte en una excelente elección para aplicaciones que requieren durabilidad y longevidad, como abrasivos, herramientas de corte y piezas de maquinaria resistentes al desgaste. Sus propiedades mecánicas, que incluyen un alto módulo elástico y una buena resistencia a la fatiga, mejoran aún más su idoneidad para aplicaciones mecánicas exigentes.
Resistencia a la corrosión química:
El SiC presenta una elevada resistencia a la corrosión química, lo que lo hace ideal para su uso en entornos con sustancias altamente corrosivas. Esto es especialmente evidente en aplicaciones como boquillas de desulfuración en centrales eléctricas y componentes de bombas químicas, donde se prefiere el SiC por su capacidad de soportar una exposición prolongada a medios corrosivos sin degradarse.Propiedades eléctricas y maquinabilidad:
Como cerámica conductora, el SiC puede mecanizarse mediante mecanizado por descarga eléctrica cuando su resistividad se controla por debajo de 100Ω-cm. Esta capacidad mejora su versatilidad en la fabricación de componentes de formas complejas, lo que suele ser un reto con las cerámicas tradicionales debido a su fragilidad y alta dureza.