En general, la cerámica es conocida por su estabilidad química y su resistencia a las reacciones químicas y la corrosión.
Son inertes y no reaccionan con ácidos ni bases.
Sin embargo, hay algunas excepciones a esta regla.
Por ejemplo, los elementos calefactores cerámicos expuestos fabricados con carburo de silicio pueden reaccionar con los gases atmosféricos a temperaturas elevadas.
Esta reacción puede provocar un aumento de la resistencia eléctrica con el tiempo, afectando al rendimiento del elemento calefactor.
5 puntos clave a tener en cuenta
1. 1. Estabilidad química
Los materiales cerámicos suelen ser químicamente estables y no reaccionan con la mayoría de las sustancias.
2. Excepciones a la regla
Ciertas condiciones, como las altas temperaturas, pueden hacer que la cerámica reaccione con los gases atmosféricos.
3. Integración con otros materiales
La integración de la cerámica con otros materiales como metales, vidrio y polímeros puede suponer un reto debido a las diferencias en los puntos de fusión.
4. Sinterización metal-cerámica
Se puede añadir polvo metálico a la arcilla para que la cerámica sea más resistente a las altas temperaturas y menos propensa a romperse.
5. Metalocerámica
Las metalocerámicas se preparan añadiendo polvo de óxido a una matriz metálica, lo que mejora sus propiedades.
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