La deposición química en fase vapor (CVD) es un proceso utilizado para producir materiales sólidos de alta calidad y alto rendimiento, a menudo empleado en la industria de los semiconductores para crear películas finas. El proceso consiste en exponer un sustrato a precursores volátiles, que reaccionan y/o se descomponen en la superficie para formar el depósito deseado. Los subproductos suelen eliminarse mediante flujo de gas en la cámara de reacción.
Explicación detallada:
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Introducción y reacción de precursores:
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En el proceso CVD, el sustrato (a menudo una oblea en aplicaciones de semiconductores) se coloca en una cámara de reacción. Los precursores volátiles, que pueden ser gases o vapores, se introducen en la cámara. Estos precursores suelen elegirse en función del producto final deseado, como los compuestos de silicio para las películas semiconductoras o los compuestos de carbono para el grafeno. Los precursores reaccionan y/o se descomponen al entrar en contacto con el sustrato calentado, formando una capa sólida del material deseado.Formación del depósito:
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La reacción en la superficie del sustrato conduce a la deposición del material. Esta reacción es impulsada por la energía proporcionada por el calentamiento del sustrato y de la cámara, necesaria para romper los enlaces químicos de los precursores e iniciar la formación de nuevos enlaces que constituyen el depósito sólido. El espesor y la uniformidad del depósito dependen de factores como la temperatura, la presión y el caudal de los precursores.
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Eliminación de subproductos:
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Durante la reacción, no todos los materiales introducidos como precursores se incorporan al depósito. Algunos forman subproductos volátiles. Estos subproductos deben eliminarse de la cámara para evitar la contaminación y mantener la pureza del depósito. Esto se consigue haciendo fluir un gas portador a través de la cámara, que arrastra los subproductos y los precursores que no han reaccionado.Control de los parámetros del proceso:
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El proceso CVD está muy controlado, con parámetros como la temperatura, la presión, los caudales de gas y las concentraciones de precursores que se gestionan con precisión. Estos parámetros son cruciales para conseguir las propiedades deseadas en el material depositado, como sus propiedades eléctricas, mecánicas y químicas.
Aplicaciones y materiales: