El depósito físico en fase vapor (PVD) suele realizarse a temperaturas relativamente bajas.
Estas temperaturas oscilan entre 250 °C y 450 °C aproximadamente.
En algunos casos, la temperatura puede ser tan baja como por debajo de 250°C.
Esta gama de temperaturas es significativamente inferior a la utilizada en el depósito químico en fase vapor (CVD).
El CVD funciona a temperaturas entre 450°C y 1050°C.
4 Claves de la deposición a temperatura PVD
1. Rango de temperatura en PVD
El proceso de deposición en PVD se produce a temperaturas generalmente entre 250°C y 450°C.
Este rango se especifica para garantizar que la microestructura central y las propiedades mecánicas del material del sustrato permanezcan inalteradas.
Esto es especialmente importante en materiales como el acero.
Las temperaturas más bajas utilizadas en PVD son una gran ventaja, especialmente cuando se trata de materiales sensibles al calor.
2. Ventajas de las bajas temperaturas
Trabajar a temperaturas tan bajas permite utilizar el PVD en una gama más amplia de sustratos sin provocar distorsiones ni cambios en las propiedades del material.
Por ejemplo, las fresas de acero rápido (HSS), que son sensibles a las altas temperaturas, pueden recubrirse mediante PVD sin riesgo de perder su rectitud o concentricidad.
Esto se debe a que el proceso PVD no induce tensiones térmicas o deformaciones significativas.
3. Aplicaciones y materiales específicos
Los revestimientos PVD son adecuados para metales que pueden soportar un calentamiento de unos 800°F (427°C).
Los materiales comúnmente recubiertos incluyen aceros inoxidables, aleaciones de titanio y algunos aceros para herramientas.
Sin embargo, los recubrimientos PVD no suelen aplicarse al aluminio debido a su bajo punto de fusión, cercano a las temperaturas utilizadas en el proceso PVD.
4. Detalles del proceso
El proceso de PVD se lleva a cabo en una cámara de vacío donde la temperatura puede variar desde los 50°C hasta los 600°C. Esto depende de los requisitos específicos del revestimiento.
Esto depende de los requisitos específicos del revestimiento y del material que se vaya a revestir.
La naturaleza de "línea de visión" de la técnica requiere un posicionamiento cuidadoso del objeto dentro de la cámara para garantizar un recubrimiento completo y uniforme.
En resumen, el PVD es preferible por su capacidad para depositar revestimientos a bajas temperaturas.
Esto preserva la integridad del material del sustrato y amplía la gama de aplicaciones y materiales que pueden recubrirse eficazmente.
Esto hace que el PVD sea una técnica versátil y valiosa en diversas aplicaciones industriales, especialmente cuando la precisión y la integridad del material son fundamentales.
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