El acero templado no aumenta su dureza; en cambio, reduce la dureza al tiempo que mejora la tenacidad y la ductilidad. Este proceso implica recalentar el acero endurecido a temperaturas específicas, lo que transforma su microestructura. A temperaturas de templado más bajas (300 a 750 °F), la martensita endurecida se convierte en troostita, una estructura más blanda y resistente. A temperaturas más altas (750 a 1290 °F), se forma sorbita, que es aún más blanda pero más dúctil. El templado es esencial para equilibrar la dureza con la tenacidad, especialmente en componentes muy estresados, pero no es un método para aumentar la dureza.
Puntos clave explicados:

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¿Qué es el templado?
- El templado es un proceso de tratamiento térmico que sigue al endurecimiento. Implica recalentar acero endurecido a temperaturas específicas para modificar su microestructura y propiedades mecánicas.
- El objetivo principal del templado es reducir la fragilidad y mejorar la tenacidad, la ductilidad y la estabilidad dimensional, en lugar de aumentar la dureza.
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Efecto del templado sobre la dureza
- El templado reduce la dureza del acero. Cuando el acero endurecido (martensita) se templa, se transforma en estructuras más blandas como troostita o sorbita, dependiendo de la temperatura.
- A temperaturas de templado más bajas (300 a 750 °F), se forma troostita, que es más blanda que la martensita pero más dura.
- A temperaturas de templado más altas (750–1290 °F), se forma sorbita, que es incluso más blanda pero más dúctil que la troostita.
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Propósito del templado
- El templado se utiliza para equilibrar la dureza con la tenacidad. Si bien el endurecimiento aumenta la dureza, también hace que el acero se vuelva quebradizo. El templado alivia esta fragilidad, lo que hace que el acero sea más adecuado para aplicaciones que requieren resistencia y durabilidad.
- Es particularmente importante para componentes sujetos a altas tensiones, como engranajes, resortes y herramientas, donde el equilibrio entre dureza y tenacidad es fundamental.
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Comparación con el endurecimiento
- El endurecimiento implica calentar el acero por encima de su temperatura crítica superior (más de 900 °C) y enfriarlo rápidamente (templado) para formar martensita, que es muy dura pero quebradiza.
- El templado sigue al endurecimiento para reducir la fragilidad y mejorar la tenacidad. No aumenta la dureza sino que optimiza las propiedades mecánicas generales del acero.
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Implicaciones prácticas para los compradores de equipos y consumibles
- Al seleccionar acero para aplicaciones que requieren alta dureza, el templado no debe considerarse un método para aumentar la dureza. En su lugar, se utilizan procesos de endurecimiento como el temple.
- Para aplicaciones que requieren un equilibrio entre dureza, tenacidad y ductilidad, el templado es esencial. Los compradores deben considerar el uso previsto del acero y especificar el proceso de tratamiento térmico adecuado (endurecimiento y revenido) para lograr las propiedades deseadas.
En resumen, el templado del acero no aumenta la dureza, pero es crucial para mejorar la tenacidad y la ductilidad. Es un proceso complementario al endurecimiento, que garantiza que los componentes de acero puedan soportar tensiones sin ser demasiado quebradizos.
Tabla resumen:
Aspecto | Detalles |
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¿Qué es el templado? | Proceso de tratamiento térmico que reduce la fragilidad y mejora la tenacidad. |
Efecto sobre la dureza | Reduce la dureza; transforma la martensita en troostita o sorbita más blanda. |
Objetivo | Equilibra la dureza con la tenacidad para aplicaciones de alto estrés. |
Comparación con el endurecimiento | El endurecimiento aumenta la dureza; el templado reduce la fragilidad después del endurecimiento. |
Implicaciones prácticas | Esencial para componentes como engranajes, resortes y herramientas que requieren durabilidad. |
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