Las tamizadoras suelen estar fabricadas con componentes metálicos, como acero inoxidable o latón, e incorporan diversos mecanismos para agitar y clasificar los materiales. Los componentes principales son el tamiz, el bastidor de la criba y, a veces, un faldón para mayor estabilidad.
Tamiz: El propio tamiz es un componente fundamental, fabricado normalmente con malla metálica tejida de acero inoxidable. Esta malla puede tener aberturas de entre 5 pulgadas (125 mm) y 635 mallas (20 micras), dependiendo de la aplicación específica y del tamaño de las partículas que se clasifiquen. El material de acero inoxidable se elige por su durabilidad y resistencia a la corrosión, que es esencial para mantener la precisión en el análisis granulométrico.
Marco del tamiz: El marco del tamiz es otra parte esencial de la tamizadora, ya que sirve como anillo metálico circular que mantiene la malla en su sitio. Estos marcos suelen ser de acero inoxidable o latón, materiales robustos y resistentes a las tensiones mecánicas del proceso de tamizado. En Estados Unidos, los tamaños estándar de los marcos son 3", 8" y 12", mientras que a escala internacional son habituales los de 100 mm, 200 mm y 300 mm. La elección del material y del tamaño depende de los requisitos específicos del proceso de tamizado y de las dimensiones de los tamices utilizados.
Faldón: Aunque no está presente en todos los diseños, a veces se incluye un faldón para ayudar a estabilizar los tamices apilados durante el funcionamiento, evitando que vuelquen. Este componente es especialmente útil en configuraciones en las que se utilizan varios tamices simultáneamente, mejorando la eficacia y estabilidad generales del proceso de tamizado.
Además de estos componentes básicos, las tamizadoras pueden incluir mecanismos más complejos, como sistemas electromagnéticos o vibraciones ultrasónicas, diseñados para crear tipos específicos de movimiento (como el movimiento elíptico tridimensional) para optimizar la separación de partículas. Estos mecanismos avanzados se alojan en el cuerpo de la tamizadora, que suele estar fabricado con materiales duraderos para soportar las vibraciones y fuerzas que intervienen en el proceso de tamizado.
En general, la construcción de las tamizadoras se adapta para garantizar la precisión, durabilidad y eficacia en la separación y el análisis de diversos materiales, desde polvos finos hasta agregados gruesos. La elección de los materiales y las características de diseño depende de las necesidades específicas de la aplicación, incluido el tipo de material que se tamiza y el nivel de precisión deseado en el análisis.
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