La pirólisis rápida y lenta de la biomasa son dos métodos distintos utilizados para convertir la biomasa en diversos productos valiosos como biocarbón, bioaceite y gas de síntesis. La principal diferencia entre estos dos procesos radica en las velocidades de calentamiento, las temperaturas y los tiempos de permanencia, que afectan significativamente a los rendimientos y tipos de productos obtenidos.
Pirólisis lenta:
La pirólisis lenta se caracteriza por bajas velocidades de calentamiento, largos tiempos de residencia y temperaturas relativamente bajas. Las velocidades de calentamiento oscilan entre 0,1 y 2 °C por segundo, y el proceso se realiza normalmente a temperaturas en torno a los 500°C. Los tiempos de residencia, tanto para los sólidos como para los gases, pueden ser de minutos a días. Este método se centra principalmente en la producción de biocarbón, aunque el alquitrán también es un producto importante. El calentamiento lento permite una amplia desvolatilización y posteriores reacciones de repolimerización, que conducen a la formación de carbón. La pirólisis lenta se utiliza a menudo para la producción de carbón vegetal, donde el objetivo es maximizar el rendimiento de biocarbón, que puede ser de hasta el 35% de la masa de la biomasa.Pirólisis rápida:
Por el contrario, la pirólisis rápida implica velocidades de calentamiento rápidas (10-200°C/s), tiempos de residencia cortos (0,5-10 s) y temperaturas moderadas (400-600°C). Este proceso está diseñado para maximizar la producción de bioaceite, que puede representar hasta el 60% de la masa de biomasa. La pirólisis rápida también produce biocarbón y gas de síntesis, cada uno de los cuales representa aproximadamente el 20% de la producción. El calentamiento rápido y los tiempos de permanencia cortos minimizan el tiempo de las reacciones secundarias, lo que ayuda a conservar los compuestos volátiles como bioaceite. Este método está especialmente favorecido por su capacidad de producir un producto líquido que es más fácil de almacenar y transportar que los gases o los sólidos.
Ventajas económicas y medioambientales: