La contaminación en el tratamiento térmico hace referencia a las reacciones químicas que se producen en la superficie de las aleaciones metálicas durante el proceso de calentamiento, que pueden alterar las propiedades de la superficie y dar lugar a un componente con dureza o blandura desiguales. Estas reacciones suelen deberse a la exposición a los elementos reactivos presentes en el aire, como el oxígeno y el nitrógeno. Para mitigar estos problemas, los procesos de tratamiento térmico suelen emplear atmósferas controladas o entornos no reactivos como el nitrógeno, el argón o las sales fundidas. Sin embargo, incluso en estos entornos controlados, las impurezas residuales pueden causar una ligera decoloración. El control adecuado de la temperatura y el uso de métodos de enfriamiento apropiados también son cruciales para evitar resultados no deseados, como el crecimiento excesivo del grano o la fragilidad.
Explicación detallada:
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Reacciones químicas durante el tratamiento térmico:
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Durante el tratamiento térmico, las aleaciones metálicas se exponen a altas temperaturas, lo que puede dar lugar a reacciones químicas con elementos del aire circundante. Estas reacciones pueden crear una capa superficial en el metal que es significativamente diferente en dureza o suavidad en comparación con el resto del componente. Esta irregularidad puede comprometer la integridad y el rendimiento del metal tratado.Tratamiento térmico en atmósfera controlada:
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Para minimizar estas reacciones químicas, el aire del entorno de tratamiento térmico se sustituye a menudo por una atmósfera no reactiva. Esto puede implicar el uso de gases como el nitrógeno o el argón, o mezclas de gases específicas diseñadas para evitar reacciones no deseadas. Este método, conocido como tratamiento térmico en atmósfera controlada, ayuda a mantener las propiedades deseadas del metal durante todo el proceso de tratamiento.
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Uso de sales fundidas:
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Otro método para controlar la contaminación consiste en utilizar un baño de sales fundidas no reactivas. Aunque es eficaz, este método también puede introducir niveles muy bajos de impurezas, lo que provoca una ligera decoloración del metal. A pesar de ello, los baños de sales fundidas son una opción viable para crear un entorno controlado que minimice las reacciones superficiales.Control de temperatura y refrigeración:
El control adecuado de la temperatura de calentamiento y del proceso de enfriamiento es esencial en el tratamiento térmico. Las fluctuaciones de temperatura pueden provocar resultados no deseados, como un crecimiento excesivo del grano, que el metal se vuelva demasiado blando o débil o, por el contrario, que se vuelva demasiado quebradizo. El método de enfriamiento, ya sea gas, sal, aire o aceite, también debe seleccionarse cuidadosamente en función del tipo de material y el resultado deseado.