La principal diferencia entre un sistema de vacío húmedo y uno seco radica en el tipo de bomba utilizada y en la presencia o ausencia de fluidos lubricantes. Los sistemas de vacío en seco utilizan bombas que no necesitan aceite ni otros fluidos para funcionar, lo que garantiza la ausencia de contaminación y un mantenimiento mínimo. Por el contrario, los sistemas de vacío húmedo, que suelen utilizar bombas a base de agua, son más baratos y más resistentes a la corrosión, pero no son adecuados para sistemas sensibles al vapor de agua y requieren la eliminación del agua contaminada.
Sistemas de vacío en seco:
Los sistemas de vacío secos emplean bombas que no están lubricadas, lo que significa que no utilizan aceite ni otros fluidos en su funcionamiento. Esta característica las hace ideales para aplicaciones en las que la contaminación por lubricantes es una preocupación importante, como en la industria agroalimentaria o en entornos de laboratorio en los que la pureza es primordial. Entre los tipos más comunes de bombas secas se encuentran las bombas de diafragma, pistón, scroll y turbomoleculares. Estas bombas están diseñadas para proporcionar un vacío limpio en todo el rango de vacío sin generar materiales de desecho. Aunque tienen un coste inicial más elevado, sus ventajas incluyen unos requisitos de mantenimiento mínimos y ningún riesgo de contaminación del producto.Sistemas de vacío húmedo:
Los sistemas de vacío húmedo suelen utilizar bombas a base de agua, que son rentables y requieren un mantenimiento mínimo. Estas bombas son resistentes a la corrosión, por lo que son adecuadas para entornos en los que la corrosión podría ser un problema. Sin embargo, no se recomiendan para sistemas sensibles al vapor de agua, ya que el agua de la bomba puede introducir humedad en el sistema. Además, la eliminación del agua contaminada de estas bombas puede ser un problema medioambiental y operativo importante. Entre los ejemplos de bombas a base de agua se incluyen las bombas aspiradoras de agua, que se utilizan habitualmente en aplicaciones que requieren un vacío aproximado.
Aplicaciones y recomendaciones:
La elección entre sistemas de vacío seco y húmedo depende en gran medida de los requisitos específicos de la aplicación. Los sistemas de vacío seco se recomiendan especialmente para aplicaciones de gran pureza, como la espectrometría de masas, la metalurgia de vacío y la destilación, donde la ausencia de contaminación es crucial. Los sistemas de vacío húmedo, por el contrario, pueden ser preferibles para aplicaciones en las que el coste es una preocupación primordial y la presencia de vapor de agua no es perjudicial.