El material adecuado para un elemento calefactor depende de la aplicación específica y del rango de temperatura requerido. Para aplicaciones de temperatura baja a media, se suelen utilizar aleaciones de níquel-cromo (Ni-Cr) y aleaciones de níquel-cromo-hierro (Ni-Cr-Fe). Para aplicaciones a temperaturas más altas, son más apropiados materiales como el molibdeno, el tungsteno y el grafito.
Aleaciones de níquel-cromo (Ni-Cr):
Estas aleaciones, que suelen contener un 80% de níquel y un 20% de cromo, son adecuadas para temperaturas de hasta 1.150°C. Son conocidas por su buena resistencia a la oxidación, que es crucial para mantener la integridad y eficacia del elemento calefactor a lo largo del tiempo. La alta resistividad de estas aleaciones permite generar un calor importante con una cantidad relativamente pequeña de material. Además, su elevado punto de fusión garantiza que puedan soportar altas temperaturas sin deformarse ni fundirse.Aleaciones de níquel-cromo-hierro (Ni-Cr-Fe):
Compuestas aproximadamente por un 65% de níquel, un 15% de cromo y un 20% de hierro, estas aleaciones se recomiendan para un uso de hasta 950°C. La adición de hierro reduce la temperatura a la que se produce la oxidación, lo que hace que estas aleaciones sean más resistentes a la degradación en determinados entornos. También son más económicas y resistentes que las aleaciones Ni-Cr puras, lo que las convierte en una opción rentable para muchas aplicaciones industriales.
Materiales de alta temperatura: