La capacidad de trabajo de un molino de bolas viene determinada por varios factores, como las dimensiones del tambor, la relación entre su longitud y su diámetro, las propiedades físico-químicas del material de alimentación, el llenado del molino con bolas, sus tamaños, la forma de la superficie de la armadura, la velocidad de rotación, la finura de molienda y la retirada a tiempo del producto molido. Es más eficiente cuando funciona a plena capacidad debido a su elevado consumo específico de energía.
Dimensiones y relación entre la longitud y el diámetro del tambor:
La productividad de un molino de bolas depende en gran medida de las dimensiones de su tambor, en particular de la relación entre su longitud (L) y su diámetro (D). Una relación óptima entre L y D, generalmente aceptada en el rango de 1,56-1,64, es crucial para un funcionamiento eficiente. Esta relación garantiza que los medios de molienda (bolas) se eleven a una altura adecuada antes de caer en cascada, lo que maximiza el impacto y la eficacia de la molienda.Propiedades físico-químicas del material de alimentación:
El tipo y las propiedades del material que se muele también afectan a la capacidad del molino. La dureza, el contenido de humedad y la abrasividad de los distintos materiales varían, lo que puede influir en la velocidad de molienda y el desgaste de los componentes del molino. Por ejemplo, moler materiales más duros puede requerir más energía y tiempo, lo que afecta al rendimiento del molino.
Llenado del molino por bolas y sus tamaños:
El tamaño y la cantidad de las bolas de molienda dentro del molino son fundamentales. Las bolas más grandes pueden triturar partículas más grandes, pero pueden ser menos eficaces para la molienda fina. A la inversa, las bolas más pequeñas son mejores para una molienda más fina pero pueden no ser tan eficaces para partículas más grandes. El tamaño óptimo de las bolas y la relación de llenado dependen de la aplicación específica y de la finura deseada del material molido.Forma de la superficie de la armadura y velocidad de rotación:
La forma de la superficie interior del molino (blindaje) y la velocidad a la que gira el molino también desempeñan un papel importante. La forma de la armadura puede influir en el modo en que las bolas se elevan y descienden, afectando a la acción de molienda. La velocidad de rotación debe ser superior a una velocidad crítica para garantizar que las bolas se eleven y desciendan de forma eficaz, en lugar de limitarse a girar con el armazón del molino.
Finura de molienda y desprendimiento oportuno del producto molido:
La finura del material molido y la rapidez con que se retira del molino afectan a la capacidad de éste. Si el material no se retira rápidamente, puede acumularse y reducir el volumen efectivo del molino, disminuyendo su capacidad. Además, conseguir la finura deseada es crucial, ya que una molienda excesiva puede ser tan ineficiente como una molienda insuficiente.