Los diamantes CVD son auténticos diamantes, con las mismas propiedades físicas, químicas y ópticas que los diamantes naturales. Se crean mediante un proceso denominado Deposición Química de Vapores (CVD), que consiste en cultivar diamantes en un laboratorio. A pesar de ser sintéticos, los diamantes CVD son indistinguibles de los diamantes naturales sin equipo especializado y son reconocidos como diamantes genuinos por la Comisión Federal de Comercio (FTC).
Propiedades físicas y químicas:
Los diamantes CVD comparten la misma estructura atómica y composición química que los diamantes naturales. Ambos están formados por átomos de carbono dispuestos en una estructura cristalina. Esta similitud garantiza que los diamantes CVD exhiban la misma dureza, durabilidad y brillo que los diamantes extraídos. El fallo de la FTC en 2018 reconoció esta equivalencia, afirmando que los diamantes sintéticos y reales son idénticos a todos los efectos prácticos.Proceso de creación:
Los diamantes CVD se cultivan en un entorno de laboratorio controlado mediante el proceso CVD. Este método consiste en descomponer gas que contiene moléculas de carbono (a menudo metano) y depositar los átomos de carbono sobre un sustrato, formando un diamante capa por capa. Este proceso permite crear diamantes libres de impurezas y de mayor calidad que algunos diamantes naturales, que pueden contener defectos o inclusiones.
Aplicaciones y versatilidad:
Más allá de su uso en joyería, los diamantes CVD son valorados por sus excepcionales propiedades materiales y se utilizan en diversas aplicaciones de alta tecnología. Entre ellas se encuentran la electrónica de alta potencia, la detección de radiaciones, el tratamiento de aguas y el diagnóstico médico. La pureza y precisión de los diamantes CVD los hacen ideales para estos campos especializados, mostrando su versatilidad más allá de los usos tradicionales del diamante.