El bioaceite, también conocido como aceite de pirólisis, es un líquido complejo de color marrón oscuro derivado de la pirólisis de biomasa. Se compone principalmente de compuestos orgánicos oxigenados, como alcoholes, aldehídos, ácidos carboxílicos, ésteres, furanos, piranos, cetonas, monosacáridos, anhidroazúcares y compuestos fenólicos. Esta composición hace que el bioaceite tenga un valor calorífico y una inestabilidad térmica inferiores a los de los combustibles derivados del petróleo, lo que lo hace inadecuado para su uso directo en motores de combustión interna estándar sin procesamiento posterior.
Composición y producción:
El bioaceite se produce mediante un proceso denominado pirólisis rápida, que implica el calentamiento rápido de la biomasa en ausencia de oxígeno, seguido de un enfriamiento rápido de los vapores resultantes. Este proceso conduce a la fragmentación y despolimerización simultáneas de la celulosa, la hemicelulosa y la lignina de la biomasa. El rendimiento de bioaceite de este proceso suele oscilar entre el 50% y el 75% en peso, dependiendo del tipo de biomasa y de las condiciones de reacción, como la velocidad de calentamiento, el tiempo de residencia y el tamaño de las partículas de biomasa.Propiedades y retos:
El bioaceite contiene un alto contenido de agua (a menudo 20-30%) y cientos de componentes orgánicos, incluidas moléculas reactivas y especies oligoméricas con pesos moleculares superiores a 5000. Estas características contribuyen a su inestabilidad, sobre todo durante el almacenamiento y el calentamiento, lo que provoca problemas como el envejecimiento, el aumento de la viscosidad y la separación de fases. Debido a su alto contenido en oxígeno (hasta un 40% en peso), el bioaceite no es miscible con los aceites de petróleo y tiene un poder calorífico inferior al de éstos. También es ácido y tiene una densidad superior a la del agua, y a menudo contiene sustancias inorgánicas sólidas y carbonilla.
Aplicaciones y mejora:
A pesar de sus dificultades, el bioaceite puede utilizarse como combustible para calderas o transformarse en combustibles renovables para el transporte. Los procesos de mejora son necesarios para aumentar su estabilidad y poder calorífico para su uso en motores. La posibilidad de producir bioaceite a escala distribuida, por ejemplo en granjas, y transportarlo después a refinerías centralizadas para su mejora, ofrece una alternativa rentable al transporte de biomasa bruta. Además, el subproducto de la producción de bioaceite, el biocarbón, puede utilizarse como enmienda del suelo, mejorando su calidad y contribuyendo a la captura de carbono.