La energía de la biomasa es rentable sobre todo cuando se utiliza a gran escala o cuando se emplean materiales de desecho como materia prima. Sin embargo, problemas como los elevados costes de inversión para la depuración y acondicionamiento del gas, la baja densidad energética y la necesidad de un espacio considerable para la construcción de la planta afectan a su rentabilidad global, especialmente a menor escala.
Operaciones a gran escala y utilización de residuos:
Las tecnologías energéticas de la biomasa, en particular la combustión de biomasa, están disponibles comercialmente y plantean un riesgo mínimo para los inversores. Son económicamente competitivas cuando se utilizan residuos como materia prima. Las operaciones a gran escala, que oscilan entre varios cientos y miles de MWth, logran la sostenibilidad económica gracias a la eficacia de los equipos relacionados, que a menudo se adaptan de la industria petrolera.Retos de las operaciones a pequeña escala:
En el caso de la gasificación de biomasa, lograr la rentabilidad a pequeña escala supone un reto en comparación con los procesos basados en combustibles fósiles. Los elevados costes asociados a la limpieza y acondicionamiento del gas pueden repercutir en los costes de inversión en más de un 40%. Además, la tecnología requiere adaptaciones específicas para el gas de síntesis derivado de la biomasa, lo que exige más investigación y desarrollo (I+D) para mejorar la flexibilidad de la gasificación y la intensificación del proceso.
Densidad energética y requisitos de espacio:
La biomasa tiene una densidad energética inferior a la de los combustibles fósiles, en parte debido a su alto contenido en agua, que provoca pérdidas de energía durante la conversión. La construcción de plantas de biomasa también requiere un espacio considerable, lo que dificulta el establecimiento de este tipo de instalaciones en zonas urbanas, donde los costes del suelo son elevados y la productividad puede ser limitada.Necesidades de investigación y desarrollo:
Existe una gran necesidad de actividades de I+D para mejorar la rentabilidad de la energía de la biomasa. Esto incluye la mejora de las prácticas agrícolas y los esfuerzos de cría para estabilizar los costes de las materias primas y desarrollar soluciones específicamente adaptadas para el gas de síntesis derivado de la biomasa. Estos avances podrían hacer que la energía de la biomasa fuera más coherente con los modelos de producción descentralizados, que dependen de cadenas de suministro cortas.