Una unión soldada sobrecalentada se indica mediante un resplandor rojo en el baño de fusión, que desprende un humo blanco. Esto ocurre cuando el zinc del metal de soldadura se quema debido a un calor excesivo. Es importante evitar el sobrecalentamiento de la unión, ya que puede provocar defectos en la unión, como que el metal de aportación de la soldadura fuerte se desprenda de la unión. Si se producen defectos en la unión, a menudo pueden repararse volviendo a soldar. Sin embargo, en lugar de volver a fundir la unión existente, se recomienda aplicar una pequeña cantidad adicional de aleación de soldadura fuerte en la zona defectuosa. La temperatura de la nueva soldadura debe ser inferior a la de la soldadura inicial, sobre todo si hay grandes espacios entre las juntas. También es importante asegurarse de que la zona defectuosa está limpia antes de aplicar aleación de soldadura adicional y repetir el ciclo de soldadura con ajustes de temperatura modificados.
La soldadura fuerte en horno, que es un tipo de proceso de soldadura fuerte, ofrece varias ventajas sobre otras técnicas de unión de metales, como la soldadura fuerte por inducción o con soplete y la soldadura fuerte. En la soldadura fuerte en horno, el metal base de la unión no se funde, lo que permite un control más estricto de las tolerancias y piezas limpias y uniones soldadas sin necesidad de acabado secundario. La soldadura fuerte en horno también permite soldar metales distintos y no metálicos. Produce menos distorsión térmica que la soldadura, debido al calentamiento uniforme de la pieza soldada. La soldadura fuerte en horno permite soldar conjuntos complejos y de varias piezas de forma rentable.
La temperatura del horno se aumenta gradualmente hasta la temperatura de soldadura fuerte, normalmente entre 500 °C y 1.200 °C, para garantizar una distribución adecuada del calor y minimizar las tensiones térmicas. A continuación, la temperatura de soldadura se mantiene durante un tiempo determinado para que el metal de aportación se funda, fluya y humedezca los metales base, creando una unión resistente. Una vez finalizado el proceso de soldadura fuerte, el horno se enfría lentamente a temperatura ambiente para minimizar las tensiones térmicas y la distorsión. A continuación, se inspecciona la calidad de las piezas y, si es necesario, pueden realizarse tratamientos posteriores a la soldadura fuerte, como tratamiento térmico, mecanizado o acabado superficial, para conseguir las propiedades y el aspecto deseados.
En resumen, una unión soldada sobrecalentada se indica mediante un resplandor rojo en el baño de fusión y humo blanco. Es importante evitar el sobrecalentamiento para prevenir defectos en la unión. La soldadura fuerte en horno ofrece ventajas como un control estricto de las tolerancias, uniones limpias sin acabado secundario y la posibilidad de unir metales distintos y no metálicos. El proceso de soldadura fuerte consiste en calentar gradualmente la unión hasta alcanzar la temperatura de soldadura, mantener la temperatura durante un tiempo determinado y, a continuación, enfriar lentamente las piezas antes de realizar tratamientos posteriores a la soldadura fuerte si es necesario.
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