La principal diferencia entre el carburizado líquido y el carburizado con gas radica en el medio utilizado para introducir carbono en la superficie del metal.
La cementación líquida, también conocida como cementación en paquete, es un proceso en el que piezas pequeñas y medianas se sumergen en un líquido que contiene compuestos ricos en carbono. Este líquido suele ser una mezcla de hidrocarburos como metano, propano o butano, junto con aire para controlar el potencial de carbono. A continuación, las piezas se calientan a una temperatura de entre 1.600 ºF y 1.700 ºF, lo que permite que el carbono se difunda en la superficie del metal. La cementación líquida suele utilizarse para piezas pequeñas y medianas o para el tratamiento individual de piezas pequeñas a granel.
Por otro lado, la cementación gaseosa consiste en exponer las piezas a una atmósfera gaseosa que contiene compuestos ricos en carbono. El gas utilizado suele ser un gas endotérmico o endotérmico sintético, que es una mezcla de hidrocarburos como metano, propano o butano, junto con nitrógeno o metanol. Las piezas se cargan en un horno caliente y se calientan a una temperatura similar a la de la cementación líquida. La atmósfera de gas permite que el carbono se difunda en la superficie del metal.
Una ventaja de la cementación líquida es que puede utilizarse para piezas pequeñas y medianas, mientras que la cementación gaseosa es más adecuada para piezas más grandes. La carburación líquida también tiende a proporcionar una capa de carburación más uniforme y controlada, lo que mejora la resistencia al desgaste y aumenta la solidez. Sin embargo, el carburizado con gas suele ser más rápido que el carburizado líquido, ya que el gas se descompone rápidamente en sus componentes. El carburizado con gas también ofrece la ventaja de no liberar productos químicos nocivos en el medio ambiente.
En los últimos años, la cementación al vacío ha surgido como alternativa a los métodos tradicionales de cementación. La cementación en vacío es un proceso de cementación gaseosa realizado a una presión inferior a la atmosférica. Ofrece varias ventajas sobre los métodos tradicionales, como la ausencia de emisiones químicas nocivas, un tiempo de procesamiento más rápido y un menor consumo de energía. La cementación al vacío también permite un control más preciso del proceso de cementación, lo que da como resultado una capa cementada más uniforme.
En resumen, la elección entre la cementación líquida y la cementación gaseosa depende de factores como el tamaño de las piezas, la profundidad de cementación deseada y los requisitos específicos de la aplicación. La cementación líquida suele utilizarse para piezas pequeñas y medianas, mientras que la cementación gaseosa es más adecuada para piezas grandes. Por otro lado, la cementación al vacío ofrece ventajas en términos de impacto medioambiental, tiempo de procesamiento y control del proceso de cementación.
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