El efecto de la sinterización es principalmente mejorar las propiedades mecánicas y adaptar las composiciones de los materiales de los componentes. Esto se consigue mediante un proceso que implica la unión y densificación de las partículas, lo que mejora la resistencia, la dureza y la resistencia al desgaste. El proceso de sinterización también permite reducir la porosidad y mejorar otras propiedades como la conductividad eléctrica, la transparencia y la conductividad térmica.
Mejora de las propiedades mecánicas:
Durante la sinterización, las partículas del material se unen mediante un proceso de difusión, lo que da lugar a una estructura más densa y cohesiva. Esta unión y densificación conllevan mejoras significativas en las propiedades mecánicas del material. La solidez, dureza y resistencia al desgaste del producto sinterizado mejoran gracias a la formación de una interfaz sólido-sólido que sustituye a la interfaz sólido-vapor. Este cambio en la interfaz reduce la energía libre total del sistema, lo que contribuye a la integridad mecánica general del componente.Composiciones de materiales a medida:
La sinterización no sólo consiste en reducir la porosidad, sino que también puede manipularse para mantener propiedades específicas, como la capacidad de absorción de gases en materiales utilizados para filtros o catalizadores. El proceso puede controlarse para lograr el nivel deseado de densificación y resistencia mecánica preservando otras funcionalidades. Factores como la temperatura, la velocidad de calentamiento, la presión, el tamaño de las partículas y la composición son cruciales para determinar el resultado del proceso de sinterización. Por ejemplo, las partículas más pequeñas y las composiciones homogéneas tienden a favorecer una mejor densificación, mientras que la temperatura de sinterización y la velocidad de calentamiento influyen en la cinética del proceso y en las propiedades finales del material.
Control del proceso y propiedades finales: