La temperatura de la espectrometría de absorción atómica con horno de grafito puede variar en función del método específico y del equipo utilizado. En general, la temperatura se eleva a un rango de 400 a 800 grados Celsius durante el proceso pirolítico. Este paso inicial de calentamiento se utiliza para eliminar los componentes de la matriz y los compuestos volátiles de alto punto de ebullición de la muestra.
Tras este paso inicial de calentamiento, la temperatura aumenta rápidamente hasta los 3000 grados Celsius. Esta alta temperatura es necesaria para formar vapor atómico, esencial para el proceso de espectrometría de absorción atómica.
Es importante señalar que lo ideal es que el material de partida para la grafitización esté formado únicamente por átomos de carbono con impurezas insignificantes. En los casos en que el material de partida contenga materia orgánica de composición no identificada o tenga una gran cantidad de impurezas, se aconseja precarbonizar la muestra en un horno de pared caliente a baja temperatura de hasta 1100 grados Celsius. Este paso de precarbonización ayuda a purificar la muestra bajo una atmósfera de gas inerte antes de someterla a tratamiento térmico en un horno de grafito de alta temperatura más sensible.
Los hornos tubulares de grafito se utilizan habitualmente en aplicaciones de alta temperatura, incluida la grafitización. Estos hornos pueden funcionar a temperaturas de hasta 3000 grados Celsius y son adecuados para fines de investigación y desarrollo. La cámara del horno es de acero inoxidable y tiene doble pared para garantizar la estabilidad mecánica.
Cabe mencionar que el proceso de grafitización implica elevar la temperatura para permitir que los átomos de carbono se desplacen a posiciones más adecuadas y, en última instancia, formen grafito ideal con propiedades superiores. La etapa inicial de la grafitización se produce entre 1900 y 2000 grados Celsius.
El grafito es sensible a la oxidación y no debe exponerse al aire a temperaturas elevadas. La oxidación comienza alrededor de los 500 grados Celsius y puede provocar una pérdida de masa con el tiempo. Para garantizar la estabilidad mecánica, los elementos calefactores de grafito son más gruesos que los de otros materiales.
En resumen, la temperatura de la espectrometría de absorción atómica en horno de grafito puede oscilar entre 400 y 800 grados Celsius durante el proceso pirolítico, con un rápido aumento hasta los 3000 grados Celsius para formar vapor atómico. Pueden ser necesarios pasos de precarbonización para muestras con impurezas, y los hornos de tubo de grafito se utilizan habitualmente para aplicaciones de alta temperatura.
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