Los moldes son caros debido a varios factores, como los costes de calidad, los costes de fabricación y el uso de equipos especializados como hornos de mufla y hornos de crisol. Estos factores contribuyen al coste global de producción, mantenimiento y funcionamiento.
Costes de calidad:
Los moldes están diseñados para mejorar y mantener la consistencia de las propiedades de los productos que crean. Esta consistencia reduce la necesidad de extensos procesos de aseguramiento de la calidad y disminuye el número de piezas fundidas desechadas. Sin embargo, alcanzar este nivel de calidad requiere ingeniería y materiales de precisión, que son costosos.Costes de fabricación:
Los moldes permiten utilizar técnicas de fundición avanzadas, como la reducción de la inyección y la alimentación, que agilizan el proceso de fabricación. Estas técnicas, aunque eficientes, requieren sofisticados diseños de moldes y materiales que puedan soportar altas temperaturas y presiones, lo que aumenta el coste total.
Uso de equipos especializados:
Los moldes suelen utilizarse junto con equipos como hornos de mufla y hornos de crisol. Los hornos de mufla, por ejemplo, son caros de operar debido a sus requisitos de alta temperatura y la necesidad de una regulación precisa de la temperatura. Los hornos de crisol, por su parte, tienen un alto consumo de energía y una capacidad limitada, lo que puede aumentar los costes operativos.Costes de mantenimiento y funcionamiento:
El mantenimiento de moldes y equipos asociados es un factor de coste significativo. El mantenimiento preventivo puede ayudar a evitar costosas averías y tiempos de inactividad, pero requiere un enfoque estratégico de programación y presupuestación. Los costes ocultos del mantenimiento reactivo, como los costes presupuestarios impredecibles, la menor esperanza de vida de los equipos y los posibles problemas de seguridad, también contribuyen al gasto total.