Un crisol se utiliza principalmente para fundir sustancias, sobre todo elementos metálicos, en entornos de alta temperatura. Esto es esencial para procesos como la fundición de metales y experimentos de laboratorio en los que es necesario contener materiales fundidos.
Uso en laboratorios:
En los laboratorios, los crisoles se utilizan para contener compuestos químicos que requieren calentamiento a temperaturas extremadamente altas. Están disponibles en varios tamaños y suelen venir con tapa. Las tapas suelen estar sueltas para permitir la salida de gases durante el proceso de calentamiento. Los crisoles se fabrican con materiales resistentes a altas temperaturas, como porcelana, alúmina o metales inertes. Estos materiales se eligen por su capacidad para soportar altas temperaturas sin reaccionar con las sustancias de su interior, lo que garantiza el mantenimiento de la integridad de la muestra.Uso en fundición de metales:
En la fundición de metales, los crisoles son cruciales para fundir metales antes de la colada. Deben estar hechos de materiales con un punto de fusión superior al de los metales que contienen para evitar que el propio crisol se funda. Además, los materiales deben ser químicamente estables para evitar cualquier reacción con el metal fundido, lo que podría provocar la contaminación o el deterioro del crisol. Los crisoles en la fundición de metales pueden estar fijos dentro de un horno o diseñados para ser extraídos para el vertido, dependiendo de los requisitos específicos del proceso de fundición.
Selección de crisoles: