La limpieza de un crisol es esencial para mantener su integridad y garantizar resultados precisos en sus experimentos de laboratorio. El proceso de limpieza de un crisol depende del tipo de crisol y de la naturaleza de los residuos que contiene. He aquí cinco consejos esenciales que le ayudarán a limpiar y mantener sus crisoles de forma eficaz.
5 consejos esenciales para un mantenimiento eficaz de los crisoles
1. Limpieza de crisoles cerámicos en hornos de mufla
En el caso de los crisoles cerámicos utilizados en hornos de mufla, las manchas negras pueden eliminarse comprobando primero si la alúmina o la cerámica han reaccionado con el material. Si hay reacción, se puede intentar la limpieza con HCl (≥25 wt%). Si esto no es efectivo, se puede utilizar una mezcla de HCl y HNO3 (1:1 v/v; ≥25 wt%), tomando precauciones de seguridad ya que es similar al agua regia. Todos estos experimentos deben realizarse bajo una campana de humos. Tras la limpieza, el crisol debe enjuagarse con agua destilada, secarse a 110 grados durante 10 horas y, a continuación, calentarse lentamente hasta 1000 grados. Si las manchas se deben a carbono orgánico, calentar el crisol en atmósfera de aire lentamente hasta 1200 grados centígrados puede eliminar los depósitos de carbono.
2. Desgasificación y refinado
Durante los procesos de desgasificación y refinado, los crisoles pueden sufrir erosión física y ataques químicos. Por ello, se recomiendan los crisoles fabricados con materiales como el carburo de silicio, que son densos y muy resistentes a los ataques químicos. Estos crisoles pueden soportar mejor las condiciones erosivas y corrosivas de estos procesos.
3. Consejos generales de uso
Los crisoles deben manipularse con cuidado utilizando pinzas adecuadas para evitar daños. Es aconsejable utilizar diferentes crisoles para diferentes tipos de metales para evitar la contaminación. Los crisoles deben vaciarse completamente después de cada uso para evitar la expansión del metal solidificado al recalentarse, lo que podría destruir el crisol. Antes de usarlos, los crisoles deben templarse calentándolos a unos 500 grados Fahrenheit y manteniéndolos así durante 20 minutos, para después trabajarlos al rojo vivo y dejar que se enfríen lentamente. Este proceso elimina cualquier humedad y prepara el crisol para su uso.
4. Precauciones para la detección de cenizas
Cuando se trata de la detección de cenizas, es importante enfriar el crisol por debajo de los 200 grados Celsius antes de trasladarlo a un secadero para evitar la dispersión de cenizas debido a la convección del calor. Las pinzas del crisol también deben precalentarse para evitar el choque térmico. Tras la combustión, el crisol debe enfriarse lentamente y manipularse con cuidado para evitar la dispersión de la ceniza residual.
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