Un ciclo de tratamiento térmico al vacío suele durar entre tres y 24 horas, y a veces incluso más. La duración del ciclo depende de la "receta" específica de la pieza y del material del que esté hecha.
Explicación:
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Puesta a punto y creación del vacío inicial:
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El proceso comienza con la colocación de las piezas en una cámara especial. Se elimina el oxígeno de la cámara y se sustituye por un gas inerte, normalmente argón. La creación del vacío, en la que intervienen bombas de vacío mecánicas y posiblemente soplantes, puede durar entre 10 y 30 minutos. Este paso es crucial, ya que prepara el terreno para la ausencia de elementos reactivos que puedan alterar las propiedades de las piezas durante el calentamiento.Calentamiento y tiempo de remojo:
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Una vez establecido el vacío, la cámara se calienta a temperaturas de hasta 2400 grados Fahrenheit. El calentamiento se realiza a un ritmo controlado para garantizar un calentamiento uniforme de las piezas. El tiempo de "remojo", que es el periodo que las piezas pasan a la temperatura máxima, varía significativamente. Depende de los requisitos específicos de la pieza y del tipo de material del que esté hecha. Este tiempo de inmersión es fundamental, ya que permite que se produzcan las transformaciones metalúrgicas necesarias de manera uniforme en toda la pieza.
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Ciclo de enfriamiento:
Tras el tiempo de inmersión, se inicia el ciclo de enfriamiento. El método y la velocidad de enfriamiento también pueden variar en función de las propiedades deseadas del producto final. Este paso se controla por ordenador para garantizar que el enfriamiento sea uniforme y que las piezas no sufran un choque térmico o un enfriamiento desigual, lo que podría provocar defectos.Consideraciones adicionales: