En efecto, la cerámica es sensible a la temperatura, sobre todo en lo que respecta a sus propiedades térmicas y a la forma en que se procesa y utiliza.
5 puntos clave
1. Estabilidad térmica y procesamiento
Los materiales cerámicos son generalmente conocidos por su estabilidad térmica.
Esto significa que pueden soportar altas temperaturas sin descomponerse.
Esta estabilidad es crucial en diversas aplicaciones, como recipientes de cocina y componentes industriales de alta temperatura.
Por ejemplo, la cerámica tradicional, como la arcilla, se moldea y luego se endurece (sinteriza) en hornos de alta temperatura.
El proceso de sinterización consiste en calentar la cerámica hasta un punto en el que las partículas se unen sin llegar a fundir toda la estructura.
2. Cerámicas de alta temperatura
Algunas cerámicas están diseñadas específicamente para soportar temperaturas extremadamente altas.
Por ejemplo, las cerámicas de temperatura ultra alta (UHTC) tienen puntos de fusión superiores a los 3.000 ºC. Se utilizan en aplicaciones como el revestimiento exterior de los automóviles.
Se utilizan en aplicaciones como la capa protectora exterior de los aviones de alta velocidad, donde las temperaturas pueden superar los 2.000 °C.
Materiales como el óxido de hafnio y el carburo de tantalio son cruciales por su capacidad para soportar y rendir en condiciones de calor extremo.
3. Propiedades sensibles a la temperaturaAunque los materiales cerámicos suelen ser estables a altas temperaturas, algunos presentan propiedades sensibles a la temperatura que se aprovechan en aplicaciones específicas.Por ejemplo, los materiales cerámicos PTC (coeficiente de temperatura positivo) tienen un coeficiente de resistencia térmica positivo.Esto significa que su resistencia eléctrica aumenta al subir la temperatura.