El grosor de una película fina de deposición física de vapor (PVD) suele oscilar entre unos pocos nanómetros y unos 100 micrómetros, siendo habitual que sea inferior a 1.000 nanómetros (1 micra). Esta delgadez es crucial para conseguir propiedades ópticas, eléctricas y mecánicas específicas que difieren de las del material a granel.
Gama de grosores:
El grosor de las películas finas en PVD puede variar significativamente, empezando por el nivel atómico donde se depositan átomos o moléculas individuales. Esto puede dar lugar a películas tan finas como unos pocos nanómetros. En el extremo superior, el grosor puede alcanzar hasta 100 micrómetros, aunque en muchas aplicaciones, las películas son mucho más finas, a menudo menos de 1 micra. Esta gama permite un control preciso de las propiedades de la película, como la transparencia, la conductividad y la dureza.Métodos de deposición:
La deposición física de vapor implica la deposición del vapor del material en un entorno de baja presión. Las técnicas de PVD incluyen, entre otras, la pulverización catódica, la evaporación térmica, la evaporación por haz de electrones y la deposición por láser pulsado. Cada método tiene sus ventajas específicas y se elige en función de las propiedades deseadas de la película final. Por ejemplo, la evaporación por haz de electrones suele utilizarse para depositar películas de gran pureza, mientras que el sputtering puede proporcionar una adhesión y uniformidad excelentes.
Importancia de la delgadez:
La delgadez de la película es fundamental, ya que influye directamente en sus propiedades. Por ejemplo, en la fabricación de semiconductores, las películas muy finas son necesarias para garantizar una conductividad eléctrica eficaz sin añadir volumen o peso significativos. En aplicaciones ópticas, las películas finas pueden diseñarse para reflejar o transmitir longitudes de onda de luz específicas, lo que sólo se consigue con un control preciso del grosor.
Visualización de la delgadez: