La deposición física de vapor (PVD) suele considerarse segura debido a su naturaleza respetuosa con el medio ambiente y a la ausencia de sustancias tóxicas típicamente asociadas a otras técnicas de metalizado. El proceso implica la transformación física de materiales sin producir nuevas sustancias, lo que lo hace menos contaminante. Una vez aplicados, los revestimientos PVD son seguros, ya que las partículas están firmemente adheridas y no son propensas a ser transportadas por el aire.
Seguridad medioambiental y sanitaria:
Los procesos PVD se ven favorecidos por su reducido uso de sustancias tóxicas en comparación con los procesos húmedos tradicionales. Esta reducción minimiza el impacto medioambiental y los riesgos asociados a la manipulación y eliminación de materiales peligrosos. El proceso es especialmente beneficioso en sectores como el de los implantes quirúrgicos y médicos, donde la pureza y la limpieza son primordiales.Seguridad del proceso:
Durante el proceso de PVD, los materiales se vaporizan y luego se condensan en un sustrato para formar una fina película. Este proceso no implica reacciones químicas que puedan producir subproductos nocivos. Tras la aplicación, la cámara se purga con un gas inerte para eliminar cualquier vapor residual, lo que aumenta aún más la seguridad del proceso.
Seguridad tras la aplicación: